Finalmente Kirchner fue derrotado y se marchó del partido. El kirchnerismo residual se agazapa. Espera. Observa. Están desarticulados. Luego del gran fracaso deambulan sin conducción, sin un referente al cual seguir y respetar. Ya no se hallan en el desfiladero rumbo al campo de Marte. Se encuentran en terreno abierto, vencidos, a la intemperie y a la disparada.
Kirchner los abandonó de la peor manera. Ocultándose en la nocturnidad, deslizándose por las escaleras cinco estrellas como escruchante malogrado. Lo aterraba la idea del helicóptero, pero su retirada no luce mejor. Y al otro día frente a una cámara de televisión y en soledad, sin dar explicaciones ni hacerse cargo de nada traspasó el mando del partido como si por méritos personales hubiera alcanzado la merecida jubilación.
Su último refugio: Olivos, y su resguardo las faldas de su mujer. Como los golpeadores seriales depende que ella, la victima, lo denuncie si lo hace se terminó su historia. Mientras tanto ha decidido volver a “crecer”. Junta lo que quedó, poco y muy malo. D’Elía, Pérsico, Depetris, Ishii, Carta Abierta, Verbitsky, Kunkel, Conti, Pagina 12. Se aceptan escombros reza un cartel en la Casa Rosada. No va a alcanzar.
Lo que ha fracasado fue un nuevo intento de copamiento del justicialismo. En los 70’ y a través de las formaciones especiales pretendieron apoderarse del Partido mediante la violencia y el crimen y fue el General Perón que al expulsarlos de la Plaza habilitó políticamente su derrota militar.
Pero volvieron, como dijo Kirchner desde los balcones de la Rosada, y tuvieron mejor suerte. Durante seis años agredieron a los argentinos y a las instituciones fundamentales de la patria. Ahora ha sido el pueblo el que ha hecho tronar el escarmiento. Quizás por aquello de que mi único heredero es el pueblo.
Kirchner se terminó. A no dudarlo. Si ya se sabía de su ocaso antes del 28 no puede haber vacilaciones ahora, fundamentalmente después de la madre de todas las batallas. Esto sea dicho para aquellos que piensan en la resurrección. Lo que si puede haber es cierto poder de fuego sobre el peronismo que arruine sus posibilidades políticas hacia el 2011.
Si Kirchner hubiera ganado por algunos puntitos, el 2011 sería una fiesta pan radical pero el pueblo le ha dado una pequeña oportunidad al peronismo. Renovadas esperanzas si es capaz de reorganizarse sin los infiltrados. El problema no es de nombres (Scioli, Capitanich, Gioja, Insfran, etc) es de políticas. Si ellos entienden que hay que producir un viraje, restañar las heridas con las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de Seguridad, la Iglesia, el campo, las clases medias, el mundo, los inversores extranjeros, el periodismo, terminar con la delincuencia entonces el peronismo podría volver a ganar en el 2011. El peronismo debe diferenciarse rápidamente del kirchnerismo y hacer gestos permanentes. Hoy los símbolos pesan más que las palabras.
Lo que cambió luego del 28 es la dirección de los acontecimientos, el rumbo de la Argentina. Y esto es así porque Kirchner siempre planteó la política, desde los inicios de su gobierno, a todo o nada. Ellos son la revolución. Los enemigos la contrarrevolución. Y ellos perdieron. Estos esquemas políticos hoy superados en el mundo, perduran en algunas regiones sombrías de la América hispana. Son resabios de la guerra fría. Antiguallas.
No perciben tres formidables cambios:
a) El triunfo al interior del sistema capitalista del capital sobre el trabajo. El retroceso del Estado de Bienestar es su manifestación externa más evidente. Y esto ha sido así por incapacidad del movimiento obrero mundial y sus conducciones político-ideológicas.
b) El triunfo del capitalismo sobre el comunismo en 1989, (fecha que para los progres argentinos no tiene ningún significado) y el ocaso del intervencionismo estatal y la planificación centralizada.
c) La tercera revolución industrial con eje en las comunicaciones y su consecuencia inmediata la globalización.
Tampoco han entendido que su correlato en la República Argentina ha sido el golpe militar de 1976. La manifestación criolla de los cambios mundiales. Y lo más torpe, desde el punto de vista político, es que no han percibido que estos acontecimientos son irreversibles. No tienen vuelta atrás. Flaco favor le ha hecho Horacio Verbitsky a Kirchner, cuando el 13 de enero de 2002 en Página 12, el ex montonero, afirmaba que el resultado del enfrentamiento entre los bandos antes del 76’ (la Argentina sustitutiva, mercado internista, de Pymes sobreprotegidas y Estado interventor versus la Argentina agro-industrial exportadora) había concluido en un empate. Sin percibir que una había sido derrotada para siempre. La consolidación democrática de esa dirección, de apertura al mundo, ocurrió en los años 90’ en un mundo absolutamente globalizado.
Kirchner, preso de una ilusión, creyó que podía retroceder en la historia y dar vuelta una página. Fue comprendiendo la imposibilidad a medida que gobernaba. Por eso su alejamiento de la transversalidad y su lento acercamiento al peronismo. Al no poder cumplir con las demandas del progresismo se fue alejando lentamente. El conflicto con el campo fue el final. La triste y fatal evidencia. Promediando el 2008, para ser más preciso en agosto del 2008, Cristina pegó un derrape y cambió de rumbo. Pagó al F.M.I., pretendió hacerlo con el Club de París, también con los fondos buitres, aumentó las tarifas de los servicios y entonces un sector del progresismo la abandonó, sin sumar ningún sector político nuevo. Un lento desgranamiento. Se fueron quedando cada vez más solos.
EL SIGNIFICADO DEL DESENLACE ELECTORAL
Este gran secreto solo yo lo sé
cuando llueve llueve
y cuando hay sol se ve.
Maria Elena Walsh
El resultado electoral que sufre el gobierno es consecuencia de sus errores. Los pueblos no mudan de opinión de un año para otro, excepto que ese año se haya revelado como negativo y sin esperanzas. El voto del 28 de junio es un voto contra el Gobierno. Para que quede más claro es un voto contra ellos: estilo y programa. Más prístino imposible.
Kirchner plebiscitó y el es el modelo. Son las personas las que encarnan las ideas abstractas. Caen las personas, caen las ideas, al menos por un tiempo.
Cuando la mayoría de los opinólogos afirman que la derrota que le inflingió el campo el año pasado, hoy, está traducida en votos. ¡Es cierto!
Está claro que es un voto contra el modelo puesto que el modelo de “acumulación con inclusión social” descansa en la producción agraria, las exportaciones y las retenciones. Todo en manos del Estado y este lo distribuye a los empresarios es decir en lenguaje de epopeya a “la burguesía nacional” la más de las veces ineficiente y poco competitiva. Hay que adicionar los fondos de los futuros jubilados direccionados con la misma intencionalidad.
Tan cierta es la injusticia social del sistema que el nuevo Secretario de Transporte avisa que los subsidios, ahora se dirigirán a los trabajadores. Entonces, ¿ahora comienza el reino de la igualdad? ¿Y los seis años anteriores?
Para algunos anticuarios ha triunfado la derecha. Es decir el gobierno de los ricos, los rubios, los egoístas, los empresarios, los competitivos, el mérito, Es decir el monstruo que anida en el inconsciente colectivo y que emerge vaya a saber porque tragedia. Ellos el progresismo son los guardianes del futuro y el progreso. ¡Es una falacia que se agotó!
La izquierda ya no es el futuro. Es el pasado, derrotado por sus desaguisados y monstruosidades. Es retro. Si conserva aún un halo de magia, una delectación subyugante, es porque una porción significativa de los intelectuales y los que portan saberes no han actualizado sus ideas. El pueblo a golpes de votos les notifica la dirección de los ríos subterráneos.
La justicia social deberá hallarse en el escenario del mundo surgido de las ruinas de 1989. Dentro del capitalismo, sin cortapisas.
*
Kirchner ha comprendido que dentro del peronismo poco o nada puede hacer. Va en busca de un nuevo partido. Una nueva gesta.
D’Elía lo invita a encabezarla y le señala a su Jefe que el más grave error cometido en los últimos seis años fue ponerse al frente del P.J. ¡Debe irse de allí! Carta Abierta, insiste de igual modo.
Por cierto ignoran las razones que llevaron a Kirchner a ponerse al frente de un partido sin sustancia ni autonomía y creado para la ocasión.
El “Peronismo de Estado” fue creado en febrero de 2008 y atado a los funcionarios. ¿Por qué? Porque en las elecciones del 2007, que consagraron a Cristina Kirchner como Presidenta, el triunfo fue alcanzado con el voto tradicional del peronismo social y el empuje de las estructuras políticas del peronismo existente. Esa novedad llevó a Kirchner a plantearse la necesidad, no de reconstruir el partido, sino de maniatarlo y controlarlo. Nació muerto. Un paquidermo en descomposición. A lo largo del conflicto con el campo fue un apéndice del Estado. Las patéticas movilizaciones clientelares del conurbano nos eximen de mayores referencias. Sin el debate libre de ideas empujó a ese peronismo petrificado a un gigantesco fracaso. Lo maniató, lo asfixió, lo paralizó y ¿ahora protesta porque lo traicionaron?
Sería muy bueno que Kirchner creara un partido para los suyos. Una experiencia similar ya recorrieron los montoneros en la década del 70’ cuando fundaron el Partido Auténtico y les fue muy mal en las elecciones de 1975 en Misiones. De todos modos para el peronismo no va a ser fácil. Lo que puede columbrarse es la creación de un partido progre con Kirchner en su conducción y la presencia de sus alcahuetes en el peronismo de estado. Para confluir en un frente en el 2011. Si el peronismo federal no puede destrabar esta trampa el 2011 tendrá otros dueños.
LA GOBERNABILIDAD
En estos momentos el Gobierno acaba de anunciar un cambio de Gabinete. Lo que puede observarse es un abroquelamiento en el kirchnerismo puro. Un encierro en sus votos. Hacerse fuerte y “gobernar con lo nuestro”. Tendrán un tránsito difícil. Razón por la cual advierten que la responsabilidad por la gobernabilidad la tiene la oposición porque ellos no están dispuestos a generarla. Así las cosas nada bueno auguro en los dos años y medio que restan.
LA UNIDAD DEL PERONISMO
Seguramente muchas son las causas que pueden contabilizarse para explicar la irrupción del kirchnerismo. Pero hay una que a mi entender es la madre de todas.
La década del 90’ tuvo a dos hombres como responsables de aquellos años (naturalmente el peronismo acompañó las reformas). Pero fueron dos los hombres emblemáticos cuyo entrelazamiento posibilitó los grandes cambios. Menem y Duhalde. Un sector del peronismo sesgado a la izquierda abandonó rápidamente al partido dando origen al Frepaso.
El desencuentro y la ruptura entre Menem y Duhalde posibilitó el retorno al peronismo de los que se habían ido a fundar el Frepaso y dio espacio a la irrupción de Kirchner.
Queda un camino para dejar definitivamente afuera y acorralado al kirchnerismo. Y ese camino consiste en sólo un gesto. Que es todo un símbolo. El abrazo Menem-Duhalde.
Al fin y al cabo si Menem se abrazó con el Almirante Rojas para cerrar viejas heridas menos esfuerzo significaría esto. Duhalde por su lado debe contribuir con lo suyo. Vale la pena intentarlo.
Kirchner los abandonó de la peor manera. Ocultándose en la nocturnidad, deslizándose por las escaleras cinco estrellas como escruchante malogrado. Lo aterraba la idea del helicóptero, pero su retirada no luce mejor. Y al otro día frente a una cámara de televisión y en soledad, sin dar explicaciones ni hacerse cargo de nada traspasó el mando del partido como si por méritos personales hubiera alcanzado la merecida jubilación.
Su último refugio: Olivos, y su resguardo las faldas de su mujer. Como los golpeadores seriales depende que ella, la victima, lo denuncie si lo hace se terminó su historia. Mientras tanto ha decidido volver a “crecer”. Junta lo que quedó, poco y muy malo. D’Elía, Pérsico, Depetris, Ishii, Carta Abierta, Verbitsky, Kunkel, Conti, Pagina 12. Se aceptan escombros reza un cartel en la Casa Rosada. No va a alcanzar.
Lo que ha fracasado fue un nuevo intento de copamiento del justicialismo. En los 70’ y a través de las formaciones especiales pretendieron apoderarse del Partido mediante la violencia y el crimen y fue el General Perón que al expulsarlos de la Plaza habilitó políticamente su derrota militar.
Pero volvieron, como dijo Kirchner desde los balcones de la Rosada, y tuvieron mejor suerte. Durante seis años agredieron a los argentinos y a las instituciones fundamentales de la patria. Ahora ha sido el pueblo el que ha hecho tronar el escarmiento. Quizás por aquello de que mi único heredero es el pueblo.
Kirchner se terminó. A no dudarlo. Si ya se sabía de su ocaso antes del 28 no puede haber vacilaciones ahora, fundamentalmente después de la madre de todas las batallas. Esto sea dicho para aquellos que piensan en la resurrección. Lo que si puede haber es cierto poder de fuego sobre el peronismo que arruine sus posibilidades políticas hacia el 2011.
Si Kirchner hubiera ganado por algunos puntitos, el 2011 sería una fiesta pan radical pero el pueblo le ha dado una pequeña oportunidad al peronismo. Renovadas esperanzas si es capaz de reorganizarse sin los infiltrados. El problema no es de nombres (Scioli, Capitanich, Gioja, Insfran, etc) es de políticas. Si ellos entienden que hay que producir un viraje, restañar las heridas con las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de Seguridad, la Iglesia, el campo, las clases medias, el mundo, los inversores extranjeros, el periodismo, terminar con la delincuencia entonces el peronismo podría volver a ganar en el 2011. El peronismo debe diferenciarse rápidamente del kirchnerismo y hacer gestos permanentes. Hoy los símbolos pesan más que las palabras.
Lo que cambió luego del 28 es la dirección de los acontecimientos, el rumbo de la Argentina. Y esto es así porque Kirchner siempre planteó la política, desde los inicios de su gobierno, a todo o nada. Ellos son la revolución. Los enemigos la contrarrevolución. Y ellos perdieron. Estos esquemas políticos hoy superados en el mundo, perduran en algunas regiones sombrías de la América hispana. Son resabios de la guerra fría. Antiguallas.
No perciben tres formidables cambios:
a) El triunfo al interior del sistema capitalista del capital sobre el trabajo. El retroceso del Estado de Bienestar es su manifestación externa más evidente. Y esto ha sido así por incapacidad del movimiento obrero mundial y sus conducciones político-ideológicas.
b) El triunfo del capitalismo sobre el comunismo en 1989, (fecha que para los progres argentinos no tiene ningún significado) y el ocaso del intervencionismo estatal y la planificación centralizada.
c) La tercera revolución industrial con eje en las comunicaciones y su consecuencia inmediata la globalización.
Tampoco han entendido que su correlato en la República Argentina ha sido el golpe militar de 1976. La manifestación criolla de los cambios mundiales. Y lo más torpe, desde el punto de vista político, es que no han percibido que estos acontecimientos son irreversibles. No tienen vuelta atrás. Flaco favor le ha hecho Horacio Verbitsky a Kirchner, cuando el 13 de enero de 2002 en Página 12, el ex montonero, afirmaba que el resultado del enfrentamiento entre los bandos antes del 76’ (la Argentina sustitutiva, mercado internista, de Pymes sobreprotegidas y Estado interventor versus la Argentina agro-industrial exportadora) había concluido en un empate. Sin percibir que una había sido derrotada para siempre. La consolidación democrática de esa dirección, de apertura al mundo, ocurrió en los años 90’ en un mundo absolutamente globalizado.
Kirchner, preso de una ilusión, creyó que podía retroceder en la historia y dar vuelta una página. Fue comprendiendo la imposibilidad a medida que gobernaba. Por eso su alejamiento de la transversalidad y su lento acercamiento al peronismo. Al no poder cumplir con las demandas del progresismo se fue alejando lentamente. El conflicto con el campo fue el final. La triste y fatal evidencia. Promediando el 2008, para ser más preciso en agosto del 2008, Cristina pegó un derrape y cambió de rumbo. Pagó al F.M.I., pretendió hacerlo con el Club de París, también con los fondos buitres, aumentó las tarifas de los servicios y entonces un sector del progresismo la abandonó, sin sumar ningún sector político nuevo. Un lento desgranamiento. Se fueron quedando cada vez más solos.
EL SIGNIFICADO DEL DESENLACE ELECTORAL
Este gran secreto solo yo lo sé
cuando llueve llueve
y cuando hay sol se ve.
Maria Elena Walsh
El resultado electoral que sufre el gobierno es consecuencia de sus errores. Los pueblos no mudan de opinión de un año para otro, excepto que ese año se haya revelado como negativo y sin esperanzas. El voto del 28 de junio es un voto contra el Gobierno. Para que quede más claro es un voto contra ellos: estilo y programa. Más prístino imposible.
Kirchner plebiscitó y el es el modelo. Son las personas las que encarnan las ideas abstractas. Caen las personas, caen las ideas, al menos por un tiempo.
Cuando la mayoría de los opinólogos afirman que la derrota que le inflingió el campo el año pasado, hoy, está traducida en votos. ¡Es cierto!
Está claro que es un voto contra el modelo puesto que el modelo de “acumulación con inclusión social” descansa en la producción agraria, las exportaciones y las retenciones. Todo en manos del Estado y este lo distribuye a los empresarios es decir en lenguaje de epopeya a “la burguesía nacional” la más de las veces ineficiente y poco competitiva. Hay que adicionar los fondos de los futuros jubilados direccionados con la misma intencionalidad.
Tan cierta es la injusticia social del sistema que el nuevo Secretario de Transporte avisa que los subsidios, ahora se dirigirán a los trabajadores. Entonces, ¿ahora comienza el reino de la igualdad? ¿Y los seis años anteriores?
Para algunos anticuarios ha triunfado la derecha. Es decir el gobierno de los ricos, los rubios, los egoístas, los empresarios, los competitivos, el mérito, Es decir el monstruo que anida en el inconsciente colectivo y que emerge vaya a saber porque tragedia. Ellos el progresismo son los guardianes del futuro y el progreso. ¡Es una falacia que se agotó!
La izquierda ya no es el futuro. Es el pasado, derrotado por sus desaguisados y monstruosidades. Es retro. Si conserva aún un halo de magia, una delectación subyugante, es porque una porción significativa de los intelectuales y los que portan saberes no han actualizado sus ideas. El pueblo a golpes de votos les notifica la dirección de los ríos subterráneos.
La justicia social deberá hallarse en el escenario del mundo surgido de las ruinas de 1989. Dentro del capitalismo, sin cortapisas.
*
Kirchner ha comprendido que dentro del peronismo poco o nada puede hacer. Va en busca de un nuevo partido. Una nueva gesta.
D’Elía lo invita a encabezarla y le señala a su Jefe que el más grave error cometido en los últimos seis años fue ponerse al frente del P.J. ¡Debe irse de allí! Carta Abierta, insiste de igual modo.
Por cierto ignoran las razones que llevaron a Kirchner a ponerse al frente de un partido sin sustancia ni autonomía y creado para la ocasión.
El “Peronismo de Estado” fue creado en febrero de 2008 y atado a los funcionarios. ¿Por qué? Porque en las elecciones del 2007, que consagraron a Cristina Kirchner como Presidenta, el triunfo fue alcanzado con el voto tradicional del peronismo social y el empuje de las estructuras políticas del peronismo existente. Esa novedad llevó a Kirchner a plantearse la necesidad, no de reconstruir el partido, sino de maniatarlo y controlarlo. Nació muerto. Un paquidermo en descomposición. A lo largo del conflicto con el campo fue un apéndice del Estado. Las patéticas movilizaciones clientelares del conurbano nos eximen de mayores referencias. Sin el debate libre de ideas empujó a ese peronismo petrificado a un gigantesco fracaso. Lo maniató, lo asfixió, lo paralizó y ¿ahora protesta porque lo traicionaron?
Sería muy bueno que Kirchner creara un partido para los suyos. Una experiencia similar ya recorrieron los montoneros en la década del 70’ cuando fundaron el Partido Auténtico y les fue muy mal en las elecciones de 1975 en Misiones. De todos modos para el peronismo no va a ser fácil. Lo que puede columbrarse es la creación de un partido progre con Kirchner en su conducción y la presencia de sus alcahuetes en el peronismo de estado. Para confluir en un frente en el 2011. Si el peronismo federal no puede destrabar esta trampa el 2011 tendrá otros dueños.
LA GOBERNABILIDAD
En estos momentos el Gobierno acaba de anunciar un cambio de Gabinete. Lo que puede observarse es un abroquelamiento en el kirchnerismo puro. Un encierro en sus votos. Hacerse fuerte y “gobernar con lo nuestro”. Tendrán un tránsito difícil. Razón por la cual advierten que la responsabilidad por la gobernabilidad la tiene la oposición porque ellos no están dispuestos a generarla. Así las cosas nada bueno auguro en los dos años y medio que restan.
LA UNIDAD DEL PERONISMO
Seguramente muchas son las causas que pueden contabilizarse para explicar la irrupción del kirchnerismo. Pero hay una que a mi entender es la madre de todas.
La década del 90’ tuvo a dos hombres como responsables de aquellos años (naturalmente el peronismo acompañó las reformas). Pero fueron dos los hombres emblemáticos cuyo entrelazamiento posibilitó los grandes cambios. Menem y Duhalde. Un sector del peronismo sesgado a la izquierda abandonó rápidamente al partido dando origen al Frepaso.
El desencuentro y la ruptura entre Menem y Duhalde posibilitó el retorno al peronismo de los que se habían ido a fundar el Frepaso y dio espacio a la irrupción de Kirchner.
Queda un camino para dejar definitivamente afuera y acorralado al kirchnerismo. Y ese camino consiste en sólo un gesto. Que es todo un símbolo. El abrazo Menem-Duhalde.
Al fin y al cabo si Menem se abrazó con el Almirante Rojas para cerrar viejas heridas menos esfuerzo significaría esto. Duhalde por su lado debe contribuir con lo suyo. Vale la pena intentarlo.
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