El martes 1 de diciembre de 2009 el periodista Ernesto Tennenbaun le hizo una muy interesante nota a Lucía Topolansky mujer del Presidente electo de Uruguay, José Mujica.Con cierta melancolía por aquellos buenos tiempos idos el periodista (progre de fina estampa) le preguntó a la mujer, antigua militante de la organización subversiva Tupamaros, si no añoraba los años de utopías y de luchas por una sociedad más justa e igualitaria.
La mujer del presidente afirmó que no estaba tan convencida de que aquellos ideales fueran superiores a los de la actualidad. Que los tiempos habían cambiado y no era posible comparar y que no estaba segura de poder hacerlo. Había mucha intransigencia en aquella juventud. Hoy los tiempos son otros. Se conversa más, se acuerda más.
Por aquellos años la Unión Soviética iluminaba el horizonte de lo probable y todos creíamos en aquella posibilidad y mucho más frente al triunfo de la revolución cubana. Pero la caída de la Unión Soviética modificó todo. No es que la lucha por la justicia y la igualdad ya no tenga sentido. Lo tiene pero en el marco de las nuevas realidades.
Hay que entender que hemos perdido (lo repitió tres veces) y no hacía, solo, referencia a la derrota militar de los Tupamaros en el Uruguay sino a la derrota mundial del modelo alternativo al capitalismo. Con la caída de la Unión Soviética ha quedado un ganador y nosotros hemos perdido.
La utopía hoy es el acuerdo
¿Será por esta sinceridad política y el reconocimiento de la realidad que la izquierda gana en Uruguay? Quizás, y seguramente algunas otras cositas.
La izquierda argentina, el progresismo salvado del naufragio y el kirchnerismo viven en la era antidiluviana. No han comprendido que el mundo no es el mismo que el de los gloriosos 70’
La mujer del presidente afirmó que no estaba tan convencida de que aquellos ideales fueran superiores a los de la actualidad. Que los tiempos habían cambiado y no era posible comparar y que no estaba segura de poder hacerlo. Había mucha intransigencia en aquella juventud. Hoy los tiempos son otros. Se conversa más, se acuerda más.
Por aquellos años la Unión Soviética iluminaba el horizonte de lo probable y todos creíamos en aquella posibilidad y mucho más frente al triunfo de la revolución cubana. Pero la caída de la Unión Soviética modificó todo. No es que la lucha por la justicia y la igualdad ya no tenga sentido. Lo tiene pero en el marco de las nuevas realidades.
Hay que entender que hemos perdido (lo repitió tres veces) y no hacía, solo, referencia a la derrota militar de los Tupamaros en el Uruguay sino a la derrota mundial del modelo alternativo al capitalismo. Con la caída de la Unión Soviética ha quedado un ganador y nosotros hemos perdido.
La utopía hoy es el acuerdo
¿Será por esta sinceridad política y el reconocimiento de la realidad que la izquierda gana en Uruguay? Quizás, y seguramente algunas otras cositas.
La izquierda argentina, el progresismo salvado del naufragio y el kirchnerismo viven en la era antidiluviana. No han comprendido que el mundo no es el mismo que el de los gloriosos 70’
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