domingo, 16 de mayo de 2010

Europa revirtió el pánico pero profundiza el estancamiento. Por Jorge Castro


El euro volvió a caer 24 horas después de que el rescate financiero de un trillón de dólares (U$S 940.000 millones) lanzado por la Comisión Europea y el FMI lo elevara desde un mínimo de 1 euro/1,25 dólar hasta alcanzar 1,31 dólar, para volver al punto de partida y continuar su caída con posterioridad. El jueves 13, después del drástico plan de ajuste español, el euro cayó a 1,259 dólares, al borde del menor nivel histórico. En seis meses, ha perdido 11% de su valor frente a la divisa estadounidense. En tanto, el estancamiento se profundiza en Europa. El PBI regional creció 0,3% en el primer trimestre del año y 0,5% en la zona Euro. España tuvo un crecimiento de 0,1%.


Pero las exportaciones alemanas crecen cada vez más; aumentaron en marzo 10,7%, tras haber crecido 5,1% en febrero. Es el mayor nivel de incremento mensual desde 1992. Y la tendencia se acelera: en marzo treparon 23% año sobre año, con un superávit comercial que alcanzó 16.000 millones de dólares y se sigue expandiendo. La RFA acompaña el auge de sus exportaciones con la profundización de su ajuste fiscal. Tras haber fijado un techo de 0,35% en la relación déficit fiscal/PBI a partir de 2016, el gobierno de Angela Merkel recortó el presupuesto 2010 en 8.200 millones de dólares (6.000 millones de euros). Cuando Standard & Poors rebajó la categoría de la deuda española (28/04/2010), fundamentó su decisión en que la tasa de crecimiento anual hasta 2016 será de sólo 0,7%, un estancamiento estructural de largo plazo. En esas condiciones, la posibilidad de que el ajuste fiscal tenga éxito es escasa o nula. La fórmula de la crisis europea es estancamiento, nula productividad e insolvencia.El paquete de un trillón de dólares revirtió el pánico del 7 y 8 de mayo, pero no la tendencia al estancamiento de largo plazo. Los mercados temieron una crisis de los títulos soberanos de la Eurozona, en primer lugar los de España; y este terror arrastró los valores de los bancos europeos, cuyas acciones perdieron 8,5% en sólo dos días; y los más golpeados fueron los grandes bancos españoles (Santander y BBVA), los más sólidos de la región y entre los 15 principales del mundo.El núcleo del pánico no fue Grecia o Portugal, sino España, que tiene una deuda pública y privada de U$S 735.500 millones (590.000 millones de euros) con los bancos europeos, sobre todo alemanes. Hay una nueva división en Europa, que impulsa una dinámica de ruptura. Ya no está escindida entre el Este poscomunista y el Occidente integrado al sistema mundial. Ahora la fractura se produce entre los países competitivos internacionalmente (RFA, Holanda, Escandinavia) y los periféricos, encabezados por España, incapaces de crecer a través del aumento de la productividad y por esta vía, de las exportaciones. Entre estas dos Europas no hay convergencia, sino divergencia, en primer lugar entre la RFA y España. El pánico terminó porque el Banco Central Europeo compró títulos de los países amenazados y les otorgó así la garantía de la UE y de Alemania. Por eso subieron las acciones y los títulos, pero el euro continuó cayendo. Dice Felipe González (Proyecto Europeo 2030): "El año 2010 puede marcar el comienzo de una nueva etapa para la UE; si no se transforma profundamente. La Unión y sus Estados miembros pueden deslizarse hacia la marginación y convertirse en la península occidental, crecientemente irrelevante, del continente asiático. Europa arriesga cultivar la fragmentación y contemplar la posibilidad de una decadencia absoluta, en un mundo en que las reglas son definidas por aquellos que importan". La crisis del euro revela que Europa como poder mundial ha quedado atrás y que la UE no integra ya el eje de las decisiones internacionales, con EE. UU., China, India y Brasil.

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