Gobernar no es tarea para una sola persona.Por eso, el matrimonio presidencial se ha distribuido tan ardua faena: mientras la Presidenta habla de calefones y termotanques, de sus cuotas accesibles, del precio probable que cobrará el gasista para instalarlos, el presidente del PJ se encarga de aquellos temas “macro”, de los sustanciales, de los estratégicos.Es probable que esta sustitución de hecho de la Presidenta por su marido sea algo que, cuando este gobierno ya haya pasado a la historia, será motivo de monografías y ensayos en todo el mundo, como una curiosidad institucional propia de democracias débiles, que los observadores más severos calificarán de “bananeras”.
Pero así funciona en la Argentina. Y pareciera que no les va nada mal: un encuestador acaba de revelar que Néstor Kirchner cuenta con una intención de voto superior al 40%.Investido de su condición de presidente del PJ, el ex presidente habla como primer mandatario. Toma el micrófono y entona discursos propios de un presidente en ejercicio. O de un ministro de economía en funciones. Ahora ha descubierto un modo eficaz para combatir la desocupación que se avecina como consecuencia de la crisis: amenazar a los empresarios.Señores industriales y comerciantes: el señor Néstor no permitirá despidos. Sépanlo. El señor Néstor piensa que ustedes ya ganaron suficiente dinero en los años anteriores. El piensa que ustedes tienen ese dinero guardado en una caja de seguridad, billete sobre billete, y que ahora deberán gastarlo en pagar sueldos de empleados que -por la crisis- ustedes no necesitan. El señor Néstor se pondrá al frente de las manifestaciones reclamando cero despidos. Más aún: Hugo Moyano, el trabajador por excelencia, viajará a España integrando la comitiva presidencial para demostrar al país y al mundo de qué lado está el gobierno en esta lucha entre los perversos empresarios que sólo quieren echar gente y los trabajadores, que no aceptan ser echados porque necesitan trabajar para mantener a sus familias. De este modo podría sintetizarse el mensaje a la sociedad que baja desde la Casa Rosada.Las cifras de la economía son espantosas. Acá y en todo el mundo. En la Argentina, las consultoras privadas dicen que la pobreza y la indigencia son, en realidad, el doble de lo que dice el gobierno. La recaudación de impuestos ha bajado en términos reales, es decir, si descontamos la inflación real.La fabricación de autos cayó en enero el 55% en relación con el año pasado. Las exportaciones, el 60%. La oferta de trabajo también está cayendo. La construcción y venta de inmuebles está virtualmente paralizada. El campo está que arde.Y, en este marco complicado, cuando todos los países apoyan a las empresas como un modo de mantener girando la rueda de la economía, acá en la Argentina enviamos a la sociedad un discurso belicoso: los empresarios no deben echar trabajadores. Tácitamente se los responsabiliza de los padecimientos de sus empleados. Explícitamente se los acusa de avaricia y mezquindad y se predisponen los ánimos en su contra. Y se los amenaza.¿Acaso Néstor no lee los diarios?¿O sólo sabe gobernar en tiempos de vacas gordas?Nadie podría pedirle al Estado, razonablemente, que tome en su plantilla a todos los desocupados. Ni que los sostenga con un seguro de desempleo.¿Cómo podrían las empresas, entonces, mantener a sus trabajadores si no venden, si no fabrican?El voluntarismo es lo que menos sirve para enfrentar una crisis como la que se está viniendo.
jueves, 5 de febrero de 2009
Una estrategia para combatir la desocupación. Por Gonzalo Neidal
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1 comentario:
Muy buena nota.-
La irracionalidad contaminada de mala intención del presidente de facto y su obediente e inepta esposa son desopilantes.-
No deberia sorprendernos que para bajar la desocupación obligue a los empresarios colocar heladerias en la Antartida y canchas de sky en el Chaco.-
Saludos.-
Isidoro
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