sábado, 17 de abril de 2010

La partida del Chango Albrisi. Por Daniel V. González

(Nota publicada en La Mañana de Córdoba el viernes 16/04/2010)

En la política circulan dos clases de hombres. Unos, que se acercan a la actividad pública poniendo en un primer plano la mejora de su situación personal. Los de esta clase, abundan y dañan.Otros, en cambio, piensan sobre todo en ver cómo se puede mejorar la situación del municipio, la provincia o el país. Y de la gente que vive en ellos. De éstos, hay menos.
Y César Albrisi pertenecía a esta última clase de políticos.Pensaba la lucha política en sus grandes líneas, le costaba distraerse en los pasadizos estrechos y mezquinos de las facciones que deambulan de uno a otro lado en búsqueda de un refugio que los albergue, cualquiera sea su naturaleza.Vinculado al mundo de la industria de Córdoba, el Chango vivió de cerca y fue parte de la confluencia entre el empresariado local y el peronismo liderado por Carlos Menem, cuyo máximo exponente fue Domingo Cavallo a quien apoyó en su intento político de Acción por la República.Era un apasionado de la lucha política, desde el lugar en que le tocara dar batalla. En lo electoral empezó en 1985 cuando enfrentó desde un PJ disminuido a un radicalismo poderoso y triunfador. Encabezó la lista de senadores por la Capital provincial con la consigna “Albrisi SI”, frente a Regino Maders. Al asumir Carlos Menem la presidencia, lo designa interventor de Forja. Luego fue elegido diputado provincial y en 1995 se presentó como candidato a intendente por el PJ, enfrentando a Rubén Martí. Asumió inmediatamente como concejal, pero fue candidato a diputado nacional en 1997 por AR y, contra todos los pronósticos, alcanzó la banca.En su breve paso por el gobierno de Fernando de la Rúa, Cavallo lo designó Administrador de Aduanas. Posteriormente integró el directorio de Epec hasta que en 2007 encabezó la lista de diputados nacionales de una alianza que formaban Acción por la República y un sector del peronismo, cuyo candidato a presidente era Alberto Rodríguez Saá. Ya integrado a la Cámara, ejercía como vicepresidente del bloque del Peronismo Federal, opuesto al gobierno nacional.Acosado por una enfermedad inusual, abrigaba la pretensión de volver inmediatamente a sus funciones en Buenos Aires, algo que los médicos lo disuadieron de hacer. Hasta su internación, vivía coordinando, informando, opinando y organizando desde Córdoba las tareas a las que se encontraba abocado. Ya en la clínica, antes de ser inducido al coma farmacológico del cual nunca despertó, se las arregló para esconder bajo la almohada un celular con el cual se comunicaba con su despacho en el Congreso Nacional, para recibir información y dar instrucciones.El Chango se murió haciendo política.Y de la mejor. Me hubiera gustado que se quedara un par de décadas más. Cuanto menos.

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