miércoles, 28 de enero de 2009

La política exterior de Lula. Por Jorge Castro


Hace seis años Brasil era una potencia regional en América del Sur; no lo es más. Ahora es un actor global, reconocido como tal por las grandes potencias: Estados Unidos, Unión Europea, China, etc.
La modificación de su estatus internacional se debe a causas internas y externas, estas últimas las fundamentales.
Las causas internas son que Brasil se ha convertido en un país más rico, estable y consolidado institucionalmente que hace seis años; y también menos desigual socialmente.
Es la primera vez en la historia brasileña en que el crecimiento económico coincide con una reducción de las desigualdades sociales.

Las causas externas son las decisivas; en este período emergió una nueva estructura de poder en el mundo; su rasgo central es que más del 80% del crecimiento de la economía mundial es obra de los países emergentes, China en primer lugar.
Este fenómeno central hizo que Brasil, como todos los emergentes, escalara en la jerarquía del poder mundial y de esa forma modificara, irreversiblemente, su estatus internacional.
Este cambio de escala ha modificado la naturaleza de la política exterior brasileña, ante todo en relación con sus vecinos, en primer lugar la Argentina.
El resultado es que su participación en la política mundial ya no es función de su peso relativo en la subregión sudamericana, sino que expresa ahora, y es consecuencia, de la nueva estructura del poder mundial.
Dentro de los emergentes, Brasil presenta dos diferencias cualitativas. En primer lugar, su capacidad de atracción de inversión extranjera directa (IED), el flujo fundamental de la globalización. Este rasgo estratégico está unido, y es parte, de su extraordinaria aptitud para atraer capitales del sistema mundial a través de la Bolsa de San Pablo.
El segundo es la importancia creciente de la transnacionalización de sus industrias y empresas, a la cabeza de América latina y sólo por atrás de China.
El “Brasil protagonista” de los últimos seis años es el que actúa a partir de su nuevo estatus internacional. Sus derrotas y límites en América del Sur –nacionalización de Petrobras en Bolivia resuelta por Evo Morales en 2006, y expulsión de Odebrecht en Ecuador y negativa a devolver el préstamo de 243 millones de dólares del BNDES por el presidente Rafael Correa (septiembre 2008), entre otros– han tenido lugar desde, a partir, y en gran parte como consecuencia de su nueva plataforma internacional.
Es paradójico que Brasil, a medida que profundiza su condición de actor global, pareciera estar cada vez más “aislado” en América del Sur.
Es sólo un fenómeno óptico. Ocurre que la región en su conjunto y en especial los países que se definen por una política sistemática de desconexión del sistema mundial –Venezuela, Bolivia, Ecuador– están cada vez más aislados de las corrientes de fondo del capitalismo en su fase de globalización.
Lo decisivo del papel mundial de Brasil, expresión de una política exterior que se revela a partir de su nuevo estatus internacional, es el acuerdo con EE.UU. en la fase final de la Ronda de Doha (julio 2008), en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El acuerdo con EE.UU., por el que Brasil aceptó una reducción significativa de sus aranceles industriales como contrapartida a la disminución de los subsidios y a la apertura de los mercados agrícolas en los países del G-7, es una decisión que marca un punto de inflexión en la historia de la política exterior de Brasil, que equivale al traslado del eje internacional desde Gran Bretaña a EE.UU., realizado por el Barón de Río Branco en 1906; o la declaración de guerra al Eje, por impulso de Getulio Vargas y Oswaldo Aranha, en octubre de 1942.
El contenido histórico del acuerdo con EE.UU. puede formularse así: Brasil dejó de actuar como un país emergente, todavía virtualmente reivindicador, y asumió su condición de integrante de la nueva plataforma de poder mundial en los próximos 25 años, junto con EE.UU. y China. Hay que prever que Brasil aumentará su importancia mundial en los próximos 10-15 años y por eso no teme, ni temerá, la apertura creciente de su economía, sinónimo de integración irreversible en el capitalismo en su fase de globalización.
Esta convicción fue expresada por el presidente Lula en el texto del G-20 (15/11/2008), el nuevo “Consenso de Washington”.
En relación inversa a su nuevo estatus global, pierde para Brasil importancia relativa el Mercosur y la alianza estratégica (“Parceria”) con la Argentina. El Mercosur, y en general América del Sur, era la plataforma desde la que podía proyectarse como actor global. Ese objetivo ha sido ahora logrado: ya es un actor global. Por eso la región y la Argentina pierden importancia relativa en su proyección internacional.
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Sin espacio para la reconciliación. Por Javier González Fraga

(Publicado en La Nación - Miércoles 28 de enero de 2009)
Hace ya casi un año advertí que la importación de carne desde Brasil era un escenario que no podíamos descartar si seguían los desaciertos de nuestros funcionarios. Lo que siguió superó todo lo negativo que podríamos haber imaginado.
A las pocas semanas de aquel comentario estalló la crisis con el campo, cuyo detonante fue el anuncio de la resolución 125, que incrementó las retenciones. Pero la verdadera bronca del sector provenía de la incapacidad del gobierno de los Kirchner, especialmente desde 2005, de entender la problemática del productor agropecuario, y seguir confundiéndolo con categorías ideológicas de 80 años atrás.
Esta sensación se mantiene hasta estos días, y por eso ya prácticamente no queda espacio para una reconciliación. Por más anuncios que se hagan o beneficios que se repartan, el productor agropecuario está francamente decepcionado por una política económica que no sólo lo ha abandonado sino que pretende ponerlo de rodillas y quebrarlo. Y, a diferencia de otros sectores productivos, la dignidad y los valores morales son todavía importantes en el hombre de campo, que no se parece para nada a una sociedad anónima. Ellos podrían muy bien decirle a Kirchner, parafraseando a Barack Obama: "Vamos a durar más que vos".
Los perjuicios producidos por la política del Oncca, en momentos en que el mundo estaba ávido por adquirir nuestros alimentos, han sido inmensos.
Los controles de precios, las limitaciones para exportar carnes, trigo y lácteos, la sospechosa apreciación del peso de mediados de año, las compensaciones arbitrariamente distribuidas, y las intervenciones extraoficiales de la Secretaría de Comercio Interior constituyeron un desastre económico difícil de cuantificar.
Pero el resultado quedó a la vista:
Las exportaciones de carnes en 2008, cuando los precios fueron extraordinarios, fueron la mitad de las de tres años antes, y menores a las de Uruguay, que tiene la tercera parte del stock ganadero de la Argentina.
La faena de vientres estuvo cerca del 50% en 2007 y en 2008, lo que significa que nos comimos "la fábrica de terneros", y el peso promedio de faena es el menor en muchos años, con lo que faltarán novillos gordos para exportación este año y el próximo.
Se han perdido exportaciones lácteas por 200.000 toneladas en los últimos dos años, cuando los precios llegaron a superar los 5000 dólares por tonelada, frente a los menos de 2000 dólares de hoy. Esto le generó a nuestra industria, que está casi quebrada, una pérdida por ventas superiores a los 600 millones de dólares.
Consecuentemente se cerraron cientos de tambos pequeños, y desaparecieron muchos rodeos de cría de pequeños productores, mientras grandes productores se instalaron en el norte, y los amigos del poder reciben granos y subsidios.
¿Y cual fue el beneficio social de estas políticas, que quebraron a miles de pequeños productores, debilitando los pueblos del interior, y destruyeron decenas de miles de empleos?
Lograron reducir el precio del lomo y de los quesos duros, para feliz asombro de nuestros turistas y de los consumidores de mayores ingresos. Pero el pueblo, que consume asado y leche, tuvo que pagarlos a precios mucho más altos que si se hubiera permitido exportar los productos más apreciados.
Como consecuencia de estas políticas (¿políticas?), nuestra ganadería y nuestra lechería están hoy condenadas a una severa caída en la producción.
Los campos no pudieron, por falta de rentabilidad, hacer reservas de alimentos, y las pasturas se están secando ante las inclemencias climáticas. Los maíces vienen muy mal, al igual que los otros forrajes, y si se confirman los pronósticos de falta de agua por varios meses más veremos un verdadero desastre.
Es cierto que el Gobierno no es el responsable de la sequía ni de la crisis internacional. Pero sí es el responsable de haber provocado que los tamberos hayan cobrado un 30% menos que los de Brasil, Chile o Uruguay. Y que nuestros ganaderos vendieran a mucho menos de un dólar el kilo vivo, cuando los uruguayos y los brasileros cobraban un 50% por encima de ese valor, y en algunos meses de 2008, casi el doble.
De no haber tenido ni controles de precios ni limitaciones a las exportaciones ni el resto de las trabas burocráticas y muy poco transparentes que impuso el Oncca, nuestros productores habrían tenido los recursos suficientes para tener reservas de forrajes, o simplemente los ahorros para poder aguantar financieramente esta sequía, que genera gastos de suplementación alimenticia o de combustible para riego en los que disponen de esa alternativa.
Ya no importa que las exportaciones y los ingresos fiscales caigan en muchos miles de millones de dólares. Esas son abstracciones que el gran público no entiende, aunque también finalmente los afecta porque comprometen la estabilidad macroeconómica.
Mucho más concreto va a ser que los argentinos vamos a tener que consumir menos carne y menos leche, y probablemente, también menos pan en el resto de 2009, y probablemente en 2010. Podrán inventar que la inflación de 2008 fue 7,2%, pero no van a poder inventar una vaca ni un litro de leche cuando no lo tengamos disponible. Tampoco van a poder controlar los precios de los productos cuando su oferta sea escasa, aunque seguramente sí van a poder inventar conspiraciones de la Sociedad Rural, los ganaderos oligarcas u otros fantasmas de turno.
Ojalá se equivoquen quienes pronostican sequía por muchos meses más. Ojalá no sea necesaria tanta calamidad para que nuestra dirigencia comprenda la necesidad de revertir drásticamente la política agropecuaria que se implementó desde 2005.
El autor es economista y fue presidente del Banco Central
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jueves, 22 de enero de 2009

El fin del falso progresismo. Por Jorge Fernández Díaz

(Publicado en La Nación. 13 de enero de 2009.)
Comían en un restaurante del centro y se quedaban conversando hasta la madrugada. Hacían un análisis detallado de la marcha del país y soñaban juntos con lo que sucedería si llegaban al poder. Durante años de menemismo tardío y alianza reluciente, Néstor Kirchner se reunía con uno de sus principales aliados nacionales, hoy desterrado de su gabinete y del país, y hablaba a borbotones de las políticas fundamentales que habría de poner en marcha si llegara a ser presidente de la Nación. Sin saber que el sueño algún día se volvería realidad.

"Te juro que tocamos todos los temas nacionales, hasta los más ínfimos –me cuenta el desterrado–. Y nunca, jamás de los jamases, mencionó la política de derechos humanos ni los juicios a los represores de la dictadura militar." Inmediatamente después de asumir la Presidencia, Kirchner sorprendió a su amigo al colocar esa problemática al tope de su agenda. Dos meses después de la llegada de Kirchner a la Casa Rosada almorcé con otro miembro de su entorno, al que conocía desde el otoño de mi propia adolescencia. Recuerdo que cuando yo era joven él militaba en un partido trotskista y que era un gran jugador de ajedrez. Muchos años después, se ufanaba ante varios contertulios, entre los que yo me encontraba, de su heroica militancia en la Juventud Peronista de la Tendencia. "¡Pero si vos eras trosco y odiabas a los montos!", le recordé. Me lo negó sin pestañear, como si yo estuviera loco. Luego me encontré con dos ex compañeros suyos y me relataron una escena parecida. Estaban escandalizados: el flamante funcionario se había inventando un pasado para pertenecer al círculo áulico de Kirchner. Un ilusorio ayer, como decía Borges. Y se había creído la mentira. Por aquellos tiempos almorcé también con un ex jefe de la organización Montoneros. Fue un almuerzo un tanto surrealista, puesto que ocurrió en una suite del más famoso hotel de la zona de Retiro. Los montoneros cantaban, en los setenta, "¡Qué lindo, qué lindo que va ser el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel!". Pero ahí estábamos, en una habitación del Sheraton, degustando platos de autor y libando vinos exquisitos. El ex dirigente se había convertido en un próspero empresario y me citaba para contarme sus múltiples negocios. Cuando Mario Eduardo Firmenich salió de prisión, el hombre que comía frente a mí y me servía la copa le había dicho: "Pepe, se acabó. Ahora, cada uno por su cuenta". El comandante Pepe siguió un tiempo vinculado a la política, pero mi interlocutor se había desprendido del guerrillerismo y se había abocado con tesón y éxito evidente al mundo de las empresas. Curiosamente, este personaje se sentía más proclive a reconocer errores que muchos intelectuales setentistas: les había pedido perdón a varios de sus antiguos contrincantes políticos, a los que Montoneros había despachado a golpes de granada y metralleta, y tenía mucho pudor en andar levantando el dedo como si pudiera ser fiscal de la República después de haber cometido tantos desatinos: haber pensado que Perón era socialista, haber pasado a la clandestinidad bajo un gobierno democrático, haber asesinado a oponentes y a compañeros, y otras aberraciones de la época. "¿Y qué piensa de los Kirchner?", le pregunté. El ex dirigente montonero se limpió la comisura de los labios y dijo, educadamente: "Durante la revolución sandinista, el pueblo tomó Managua y los sectores derechistas debieron abandonar en las calles el armamento que tenían y echar a correr. Cuando la batalla había terminado, los estudiantes, que se decían milicianos, salieron de sus casitas y de las facultades, tomaron posición en los nidos de los armamentos abandonados y estuvieron toda una noche disparando contra la oscuridad y contra la nada porque ya no había nadie. Después pidieron medallas. Eran jacobinos con los enemigos, y afirmaban que ellos eran los que habían hecho posible la revolución". Lo miré a los ojos. El veterano montonero bebió un sorbo de malbec y me dijo: "Los kirchneristas son los milicianos de Managua". La invención de un ilusorio ayer, la brusca vocación setentista y la repentina adopción de las palabras y los símbolos de la izquierda por parte de un peronista clásico y feudal no son, en sí mismos, buenos ni malos. Son, simplemente, rasgos de un gran montaje: hacer pasar una vez más al peronismo por lo que no es. Pero ¿por qué los Kirchner adoptaron esta estrategia? La explicación no es psicológica, sino política. Para entender la maniobra, que hoy empieza a desgajarse, hay que partir de un hecho poco estudiado. En la Argentina, el llamado progresismo lideraba la opinión pública. El progresismo no es un partido. Es un movimiento invertebrado de gran predicamento que se reserva para sí la autoridad moral de velar por los pobres y desposeídos en un mundo dominado por el individualismo y el mercado salvaje. Se trata de un colectivo que integran restos del marxismo, socialdemócratas, ex alfonsinistas, nacionalistas de izquierda y artistas libertarios. Las posiciones progre vienen dominando históricamente el gremio de la prensa escrita, los cenáculos intelectuales y la enorme grey urbana de la queja pop, que representa las "buenas conciencias" y opera desde los sites de los medios y desde los contestadores automáticos de las radios. Durante largo tiempo, los llamados opinators (opinadores a mansalva) sostenían posiciones "progresistas". Menem unió a toda esta gran familia en su contra: los setentistas, que por historia tenían más experiencia de lucha, condujeron el colectivo contra el riojano y lo hostigaron sin miramientos. Hijo de esa posición unificada resulta el boom del periodismo de investigación y denuncia de los años noventa. "Contra Menem estábamos mejor", se quejaban los progresistas cuando se dividieron aguas, en época de "Chacho" Alvarez y Fernando de la Rúa: ya no estaban tan seguros de dónde estaba el bien y dónde estaba el mal. Kirchner y su esposa tenían una pálida y remota militancia de izquierda en los setenta. Pero hicieron fortuna durante la dictadura, integraron la renovación justicialista, acompañaron el proyecto de Menem y, al final, se transformaron en los primeros duhaldistas. Eran tan peronistas que nadie podía confundirlos, en una noche de luna llena, con ningún progre , por más mala vista que tuviera. Raquítico de votos, en un país que le quedaba grande, Kirchner se propuso entonces cautivar al colectivo progresista e incluso sentarse a su volante. Lo logró con muy poco: ofensiva contra los dinosaurios del Proceso, entrega a los setentistas de la política de defensa, subsidios para las Madres de Plaza de Mayo, empleos públicos directos o indirectos para periodistas e intelectuales adictos, y jubileo para artistas populares del palo. Fue una estrategia sumamente inteligente y exitosa. El hostigamiento a los represores colocó al kirchnerismo como campeón de los derechos humanos y sepultó bajo ese asfalto de bronce una tonelada de indicios y sospechas de negociados turbios. El tan argentino "roban, pero hacen" fue sustituido imaginariamente por el flamante "roban, pero enjuician". Lo que horrorizaba en el "menemato" era minimizado e ignorado en la era kirchnerista: como si la honradez progre fuera menos necesaria que la honradez neoliberal. Y así fue como muchos manuales de ética y periodismo se quemaron en la hoguera de la deshonestidad intelectual. No hay que hacerle el juego a la derecha, argumentaban los mismos que eran fiscales éticos e impiadosos del poder en los noventa. Y callaban, o relativizaban, o pateaban la pelota afuera. Kirchner entendió como nadie esta dicotomía de buenos y malos. Si estás en el lado correcto, tenés a los opinadores a tu favor y se te perdonan los renuncios. Si los tenés en contra, perdés y caés en desgracia. Así de simple. La anestesia fue tan grande que le permitió seguir obteniendo el apoyo de gran parte de la comunidad progresista pese a sus evidentes políticas de derecha. ¿Podríamos imaginar lo que hubiera ocurrido si Menem o Macri hubieran pagado cash y enterita la deuda externa al FMI mientras existían escandalosas cifras de miseria en el país? ¿O si Duhalde hubiera empujado una ley para permitir un blanqueo de capitales que abriera la puerta al lavado de dinero? Digámoslo en castellano: el progresismo se los hubiera comido crudos. En vez de eso, una parte importante del colectivo festejó el primer gesto como un acto de autonomía del país soberano y el segundo, como el feliz intento de repatriar inversiones para superar la crisis. A lo largo de cinco años de gestión a todo vapor y con todo el poder, en el país de los Kirchner se abrió la brecha entre los ricos y los pobres, aumentó la concentración económica, se utilizó el superávit para subsidiar escandalosamente a los grandes consumidores eléctricos, se incrementó el gran impuesto a los desposeídos que es la inflación y se pagaron tasas usurarias a Venezuela. El matrimonio presidencial se alió con los barones del conurbano bonaerense (Aldo Rico incluido), apoyó a los gobernadores y caciques más recalcitrantes del peronismo ortodoxo, cedió poder y beneficios a los burócratas sindicales, copó el Consejo de la Magistratura, propició la censura, ayudó económicamente a dóciles periodistas de derecha, mientras echaba de la televisión a Jorge Lanata y Alfredo Leuco y de la radio, a Pepe Eliaschev, creó un sistema de empresarios amigos de dudosa prosperidad y alentó a grupos de choque que se dedicaron a amedrentar y a romper marchas callejeras de libre expresión. La posición crítica de varios intelectuales importantes del progresismo, como Beatriz Sarlo, y la deserción de Miguel Bonasso, que no tiene relevancia política, pero sí simbólica, va mostrando que la épica progresista montada como relato y coartada tiene límites y fecha de defunción. Otro amigo mío, que militó en la Juventud del Partido Comunista y que se divierte amargamente con las picardías de Kirchner, me dijo este fin de semana agarrándose la cabeza: "Lo increíble no es que Néstor les haya dado tanta papilla en la boca. ¡Lo increíble es que la hayan comido con tanto gusto! Y ahora, de repente, se despiertan con indigestión, abandonan la cocina y denuncian, indignados, al cocinero. ¿Cuántas veces los van a echar de la Plaza?".

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Entrevista a Alberto Rodríguez Saá


Ácido, incisivo e irónico, el gobernador de San Luis se despachó a gusto en una charla con PERFIL. A Carrió le dedicó una frase: "Ella habla con Dios. Si la elegimos y Dios no le habla más, ¿qué hacemos?".A Cobos le destinó otra: "Le tocó decir sí o no y lo hizo con una duda que Hamlet quedaría como un principiante al lado suyo". Y de Solá dijo que no sabe "en qué espacio está". Lo peor se lo reservó para los Kirchner. Sólo aceptó afinidad con Eduardo Duhalde
Balance. El gobernador resaltó la conexión Wi-Fi como el principal logro de su gestión y criticó el aburguesamiento de sus funcionarios—Usted ya lanzó su precandidatura... —Estoy generando un espacio que se va a llamar "Otro país es posible" y ya estamos haciendo las primeras presentaciones por todo el país. Este espacio me lleva como precandidato, pero también llevará a otros. Y lo vamos a decidir en una elección interna como corresponde. —¿Quiénes podrían competir? ¿Felipe Solá? —Solá no sabe en qué espacio está. Si hay otros que coinciden, serán bienvenidos. Y haremos alianzas con otros espacios similares. No serán acuerdos entre un sultano y un mengano, sino de mundos, de sueños e ideas. —Así como está el acuerdo de Carrió y la UCR, ¿puede aliarse el PJ disidente? —Con la señora Carrió es muy difícil participar. Ella habla con Dios y es muy difícil entenderse con una persona así. Si la elegimos, y Dios no le habla más, ¿qué hacemos? —¿Pero podría haber un acuerdo entre el PJ anti K? —Lo vamos a ver. Vamos a armar un programa con ideas. Me da nombres de personas y no quiero meterme con nombres sino con ideas. —Siguiendo su lógica, ¿está cerca del Movimiento Productivo Argentino (de Eduardo Duhalde)? —Muy cerca. —¿Por qué la oposición no logró capitalizar la crisis del campo? —Si vamos a elecciones, la oposición saca el 70% y los Kirchner, el 28. Si se vota en libertad, sería 90 a 10. Que la oposición no esté unida, que no tenga un referente, que algunos sean funcionales al Gobierno... —¿Como quiénes? —El señor Cobos. Sigue siendo el vicepresidente. El fue elegido en una elección dudosa, en la que vino la plata de Venezuela. Que Cobos aclare lo del Valijagate para ser opositor. Kirchner lo agravia para ponerlo de opositor, nada más fácil que eso. Sólo la prensa puede imaginar que es opositor. A Cobos le tocó decir sí o no, y lo hizo con una duda que Hamlet quedaría como un principiante al lado suyo. Opositor es la persona que está hablando ahora y que siempre lo fue. —¿Imagina a Cobos compitiendo en 2011? —En el 2011 el presidente se va a llamar Alberto Rodríguez Saá, así que no creo que Cobos se presente en la elección. —¿Qué opina del primer año de Cristina? —Visto desde San Luis, es lamentable. Estamos últimos en todo. Si Nación hace algo, el beneficio para San Luis es cero. La Presidenta no me ha recibido a pesar de los pedidos de audiencia. —¿Qué piensa de las últimas medidas anticrisis? —Es un principio de racionalidad, aunque sea mínimo. Intentar reactivar el consumo es bueno, pero la ecuación más natural de hacerlo es aumentar el salario real. Son medidas parche. —¿Cuáles son las tres peores cosas que hizo este Gobierno? —Lo más grave son las mentiras, comenzando con el INDEC. Segundo, la discriminación entre quienes son amigos y los que no lo somos. Hacen capitalismo de amigos. Y por último, se hablaba de doble comando, pero quedó transparentado que el Gobierno lo maneja Kirchner. —¿Algo positivo? —El tema del campo vino bien porque pudo incluirse en la agenda de los gobiernos. La producción agraria representa el 50% del Producto Bruto Interno. No tener en agenda semejante factor de la economía es un agravio a la inteligencia. —¿Y algo bueno que haya hecho Cristina este año? —Haber llegado a las reuniones, aunque sea tarde (risas)
Por Sebastián Iñurrieta
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"El campo tiene razón". Por Jorge Raventos

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, es un hombre que mide meticulosamente sus palabras. Especialmente cuando habla de temas que pueden irritar la sensibilidad de la familia Kirchner. Hay que descartar, por lo tanto, que su frase: "Esta vez el campo tiene razón", haya sido producto de una ligereza verbal o de una improvisación. Scioli sabe que el matrimonio presidencial nunca pudo digerir la derrota política que se autoinfligió al embarcarse en una batalla con los productores agrarios y con la Argentina interior y que no ha resignado su deseo de "poner de rodillas" al campo.
El propio gobernador bonaerense, pese a su íntima reticencia, pagó un precio político en 2008 por haberse mantenido fiel a la confrontativa estrategia impuesta por Néstor Kirchner, pero avisa ahora que no está dispuesto a repetir la prueba en 2009. Scioli había marcado hasta ahora diferencias con el gobierno nacional en temas sin duda importantes, pero a los cuales en Olivos no se les asigna jerarquía prioritaria: drogas y e inseguridad. Al incursionar en el tema del campo sabe que se aventura en zona de riesgos, ya que la provincia es financieramente dependiente de la caja central. Pero es obvio que el gobernador de una provincia con el peso agro-ganadero de Buenos Aires no puede abstenerse de hablar cuando el campo, ya golpeado por la intransigencia y las políticas chapuceras del gobierno central, sufre además el desastre natural de la sequía.
Por otra parte, en el terreno del cálculo estrictamente político, es posible que Scioli haya llegado a la conclusión de que su lealtad al gobierno central no era debidamente correspondida. El gobierno nacional, aunque desconfía de Carlos Reutemann, parece predispuesto a ayudarlo con vistas a los comicios de octubre porque lo considera la única carta disponible para evitar una derrota oficialista en Santa Fé. Y si Reutemann tiene esa posibilidad es, buena medida, por haberse comprometido con el campo en la batalla de las retenciones. ¿Por qué no imitar a Reutemann en la provincia de Buenos Aires?
Las entidades rurales, tanto como muchos dirigentes políticos (inclusive justicialistas) expusieron su escepticismo ante el viraje de Scioli, que en el mejor de los casos consideraron tardío o estimaron como una maniobra táctica o un paso "oportunista". Más que imaginar maniobras maquiavélicas personales, conviene reparar en un maquiavelismo de las cosas: cualquiera sea el motivo que empuja al gobernador a diferenciarse, lo que resulta evidente es que la realidad lleva a la dirigencia del oficialismo que no quiere perder su poca o mucha representatividad a alejarse de las políticas centrales del kirchnerismo. Cada día que pasa es más evidente que el peronismo toma distancia de la familia gobernante.
Otro gobernador, el sanjuanino José Luis Gioja, que ya adelantó ambiciones presidenciales para 2011, viene de afirmar que "con los resultados de 2009 deberíamos sentarnos todos los peronistas a una mesa de consenso y redefinir qué queremos como partido". La idea de "sentarnos a una mesa" parece una propuesta obvia, ingenua, inocente. Error: en el universo kirchnerista esa moción es tan corrosiva como el ácido. Kirchner huye de las reuniones en las que todos se sienten pares. Más generalmente: huye de las reuniones. El matrimonio no citó jamás un plenario de gabinete. La propuesta de Gioja supone, en los hechos, discutir el liderazgo partidario que hasta ahora los gobernadores le reconocen a Néstor Kirchner, diluirlo en un consenso. Aunque la idea se proyecte hacia después de los comicios de octubre, difundirla hoy implica discutir ya mismo la conducción.
El espíritu de Fronda que reina en el PJ brota en múltiples lugares. Gerónimo Venegas es el secretario general de las 62 Organizaciones, dirigente de los trabajadores rurales y hombre de estrecha amistad de Hugo Moyano. Muchos observadores atentos de la vida sindical aseguran que Venegas dice en voz alta muchas cosas que Moyano prefiere momentáneamente callar. "Néstor Kirchner armó cosas fuera del peronismo que desvirtuaron su esencia –dice hoy, por ejemplo, Venegas-. Yo pretendía un presidente del PJ que hablara de los lineamientos del partido. No hay internas ni las bases participan." ¿Podrá Kirchner designar al próximo candidato justicialista? Venegas responde con un silogismo: "Si Kirchner fracasa en su intento de ser candidato, ¿cómo va a tener la fuerza necesaria para imponer a alguien?"
Venegas –como Reutemann, como Juan Schiaretti, como los hermanos Rodríguez Saa, como Juan Carlos Romero, como Carlos Menem, como Felipe Solá, como Eduardo Duhalde, como Jorge Busti- apoyó al campo en la batalla de las retenciones de 2008 y hará lo mismo este año. Que Daniel Scioli se incorpore, con su propio estilo, al club de los peronistas que piden soluciones para los productores agrarios muestra hasta qué punto Néstor Kirchner ha perdido consenso precisamente en el tema en que ha concentrado su empecinamiento.
El vacío que Néstor Kirchner ya empieza a experimentar en el peronismo es muy significativo. En sus días mejores, él edificó un sistema de poder hipercentralizado, un "Unicato", confiscando recursos del país y expropiando poder a las instituciones (cámaras legislativas, gobiernos provinciales y buena parte del sistema judicial); un dispositivo hegemónico, construido sobre la base del empleo de la caja, el disciplinamiento estricto, el manejo de la calle y la confrontación permanente.
Ese dispositivo tocó un límite fuerte cuando, a diferencia de los enfrentamientos del primer período presidencial (enfocados en sectores vulnerables o debilitados ante la opinión pública), en la nueva era de bicefalismo, con la esposa de Kirchner en la Casa Rosada, el gobierno se enfrentó con la cadena de valor agroindustrial, que no depende de los subsidios estatales, sino que –más bien- los sostiene. A partir de esa pelea perdida, el peronismo empezó a tomar distancia de una política que no só perdió el apoyo de las clases medias urbanas, sino que levantó en su contra a las clases medias rurales y amenaza con aislar al PJ de la mayoría de la sociedad argentina.
En un partido cuya vida interna no hubiera sido anestesiada, esas dificultades habrían dado lugar a un fuerte debate interno, a correcciones de rumbo. Pero puesto que la rigidez es uno de los componentes centrales del dispositivo kirchnerista, este no puede flexibilizarse sin riesgos de disolución. Está en su propia lógica interna confrontar hasta el fin.
Al comenzar 2009, el gobierno se dispone a afrontar una nueva batalla con el campo: la está provocando porque busca una revancha. Y por si eso fuera poco, parece procurarse otros frentes de confrontación: grandes empresas, bancos y medios en los que el sistema kirchnerista quiere meter la mano.
Debe afrontar asimismo la debacle social, que ya era visible durante el 2008 ("Desde 2007 para acá el hambre crece junto a la economía", sentenciaba entonces el diputado Claudio Lozano); todavía la producción no había sufrido el paráte que hoy experimenta aún sin haber tocado el centro de la crisis. Las movilizaciones del campo y las de núcleos industriales como Villa Constitución o San Nicolás son adelantos de lo que viene.
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Huntington y nosotros. Por Andrés Cisneros


Murió Samuel Huntington. La evaluación completa de su obra tomará más espacio y otra autoridad académica, pero ya en los obituarios locales se perciben algunas distorsiones que conviene aclarar. Alguna prensa lo ha presentado como “El profeta del choque de civilizaciones,” cuando Huntington escribió precisamente para advertirnos de ese peligro, no para pro-fesarlo. Asimismo, se vincula generalizadamente su pensamiento “a la orientación geopolítica y militar de George Bush,” lo que supone una injusta identificación. Por empezar, él venía de ser funcionario de Carter, no de Bush, y su artículo “¿Choque de civilizaciones?” se publicó en Foreign Affaires en 1993, cuando ese presidente ya había pasado.

Puede que algunos de los neocons en el poder, enhebrados por la presencia de Dick Cheney en todas las presidencias Bush, hayan procurado respaldarse en el pensamiento de Huntington, como hicieron con Fukuyama, a pesar de la polémica que los separaba, para justificar su peligrosa aspiración de un dominio planetario de la cultura occidental, pero nada más alejado de la cosmovisión de este notable pensador. Huntington sostenía exactamente lo contrario: las civilizaciones deben aprender a convivir, a tolerarse sin que ninguna hegemonice a las demás.
Deliberada o involuntariamente, cada vez que tratamos de exportarles desde formas de gobierno o tecnologías más eficientes, hasta jeans, rock o hamburguesas, les vamos diariamente propinando mayúsculas o sutiles agresiones a su propia identidad cultural que, tarde o temprano, podrían alimentar, precisamente, un choque de civilizaciones.
Huntington se anticipó a avisarnos que, por primera vez en la Historia, y desde ahora para siempre, el planeta ha pasado, de verdad, literalmente, a convertirse en un mundo-uno: ya no será más posible convivir ignorándonos. Para Occidente, persistir en aspiraciones hegemónicas puede configurar un error de proporciones: según Huntington, el poder de Occidente ya llegó a su apogeo: nos aguarda la declinación, a lo sumo la meseta.
Tampoco es verdad su alegado racismo antihispánico. Su preocupación por el multiculturalismo no apunta a sus esencias sino a sus excesos: la utopía de un mundo donde todos somos intercambiables ya ha generado demasiadas experiencias totalitarias. En última instancia, las sociedades no pueden ser esencialmente multiculturales como los individuos no pueden vivir con múltiples personalidades: la conciencia de las diferencias es lo que otorga valor a la convivencia, y no al revés. Para mejor convivir, no es necesario mutilar las diferencias sino potenciar los parecidos. No será negando mi identidad que aprenderé mejor a aceptar la del otro.
Es también erróneo que Huntington tuviera un concepto detrimental de América latina. Muy por el contrario, nos reconocía características propias de una posible civilización independiente. Malo o bueno, nuestra desconfianza final en el capitalismo y la renuente práctica de nuestras democracias, nos impiden una adscripción completa a la civilización occidental. Quien sabe, quizá alguna vez terminemos plenamente integrados a Occidente. O, como sospechaba Huntington, tentemos un camino propio, parecido pero no idéntico, como una subcultura vinculada o, directamente, una completa apuesta cultural diferenciada.
El tan esperado giro de la política exterior norteamericana en dirección al multilateralismo y la convivencia no hegemónica bien pueden consagrar, con el nuevo gobierno, el mejor reconocimiento a lo que Huntington proponía. Ni indiferentes ni hostiles, debemos aprender a convivir con intercambios al mismo tiempo inevitables y riesgosos: esa lúcida advertencia configura el corazón mismo del legado de Samuel Huntington.

*Ex secretario general del Ministerio de RR.EE. Vicecanciller de la Argentina entre 1992 y 1999.
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jueves, 15 de enero de 2009

¡A consumir que se acaba el mundo! Por Gonzalo Neidal


Repuesta de su descenso de presión arterial, la Presidenta ya retomó sus actividades habituales y formuló una serie de anuncios y consejos para asegurar que la economía nacional continúe marchando sobre ruedas, como hasta ahora.
En primer lugar, aclaró que ella no tuvo ningún desmayo, tal como había trascendido. Escuchar esto es algo que los argentinos estábamos esperando. Es probable que el estado de la salud presidencial haya desvelado a multitudes. Pero al verla nuevamente, la tranquilidad seguramente ha ganado el espíritu de los argentinos.
El objeto de su nueva exposición ha sido el anuncio de medidas para el sector agropecuario. Pero, además de ello, la Presidenta se ha permitido ofrecernos algunos consejos para combatir la crisis económica, mejor dicho, para el caso de que la crisis se atreviera a asomarse por la Argentina.
Potenciando a Lord Keynes, Cristina Kirchner ha agitado el espantajo de una profecía autocumplida, para el caso de que los argentinos detengan su consumo. Su razonamiento no es demasiado complejo: si se consume menos, caen las ventas, se fabrica menos, llegan las suspensiones y despidos, nos invade la crisis.
La solución es, entonces, que no cesemos de consumir.
Es que seguramente la Presidenta ha detectado que los sectores populares argentinos se han dedicado a ahorrar un elevado porcentaje de su salario. Ha hecho un sencillo cálculo: como el 2008 los sueldos aumentaron un 25% promedio y la inflación fue de sólo el 7,2%, les ha quedado una enorme diferencia que seguramente han destinado al ahorro.
¡Muy mal hecho, señores! ¡Gravísimo error! ¡Hay que consumir!
Barack Obama, a punto de asumir la presidencia, ha de estar leyendo los consejos presidenciales con cierto asombro. Ellos se han lanzado a aprobar millonarios planes de apoyo a sus industrias y bancos mientras que aquí, en el ignoto sur del mundo, hemos encontrado una solución mejor y más barata: consumir, consumir y consumir.
El que no consume perderá su trabajo, arriesgó la Presidenta.
Si el consumidor es alguien más holgado que, restado todos los gastos, aún le queda una amplia capacidad de ahorro, deberá consumir más para conservar su trabajo. Por ejemplo, comprarle un auto a su esposa y para cada hijo mayor de 18 años, un televisor para cada ambiente, y otra licuadora.
Sepámoslo: si no consumimos, si desobedecemos a la Presidenta, estaremos saboteando el programa económico e impidiendo que Argentina zafe de la crisis mundial.
Pero hay gente que intenta poner palos en la rueda de la economía. Uno de ellos es Hugo Moyano, que se ha burlado del índice de precios del INDEC. Lo ha ridiculizado diciendo que ellos tendrán en cuenta el índice de las amas de casa, el del supermercado.
Los dirigentes agrarios también ponen lo suyo: se niegan a hacer un alto en el conteo de vacas muertas por la sequía e ir a solicitar un crédito al 14% (el doble de la inflación oficial) para comprar una máquina a cinco años.
De este modo, nunca saldremos adelante.
Deberían tomarse medidas más severas en defensa de la economía.
Por ejemplo, encarcelar al que no consuma.
Esas amas de casa que hacen cola en la caja del supermercado con el carrito a medio llenar deberían ser severamente sancionadas.
Esos que transitan con un desvencijado Renault 12 modelo 80, deberían ser detenidos y penalizados.
Esos que no se compran una casa, también.
Es el exceso de ahorro lo que nos está perdiendo.
Es la avaricia lo que nos está perjudicando.
Afortunadamente la Presidenta se repuso de su lipotimia y regresó para iluminarnos a todos.
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Gaza vs. Suiza. Por Isidoro González

Lei en nuestro blog la carta de Luisa Morgantini, vice-presidenta del Parlamento Europeo, donde hace un llamado desesperado al mundo ante tanto dolor y muerte, un mundo con los reflejos humanitarios agotados.-
Deja además bien en claro que su condena no tiene la más mínima contaminación de antisemitismo.-
Lo que se condena es la masacre ordenada por un estado, sin sentido de las proporciones y ni calibre de las consecuencias.-
Muchos equivocadamente creen que criticar los errores a veces graves y repudiables de la politica israelí es ser antisemita.-
El pueblo de Israel tambien es victima de las atrocidades de su propio gobierno.-

Si criticar al gobierno de Israel es ser "antisemita", entonces criticar al pésimo y corrupto gobierno Kirchnerista es ser "antiargentino".Todos sabemos que es al revés. Los "buenos y vigilantes argentinos" son los que repudian a la "banda K".- Digo buenos y vigilantes porque hay "argentinos buenos", que no se comportan como "buenos argentinos", por su falta de compromiso.- Ven desangrar diariamente a nuestra querida Argentina como si fuera el noticiero de otro pais.-
Hoy en el mundo sucede algo parecido. Cada vez se habla más de humanismo pero cada vez se lo practica menos. Los organismos internacionales, las cancillerias de todos los paises y toda la diplomacia en general, están en una actitud ambivalente, solamente declamativa y exasperantemente contemplativa. Toda esta burocracia internacional que cuesta miles de millones de dolares, que son pagados por todos los pueblos sin importar su situación economica social; tienen la obligación de actuar.-
No le pedimos que diriman conflictos historicos y culturales de miles años (aunque es su obligación intentarlo) sino que en forma inmediata intervengan para suspender las acciones de guerra que significan la masacre diaria de seres humanos inocentes, que el único pecado que tienen es haber nacido en un rincón del mundo donde, desde casi siempre,la paz es una palabra exótica, en territorios donde la justicia es entendida como lo decia Alberdi en su maravilloso libro "El Crimen de la Guerra": "La guerra es la justicia de la barbarie, porque es la injusticia misma" .-
Si esta burocracia internacional y los gobernantes de todo el mundo son incapaces de hacer prevención, lo menos que podemos exigirles es que paren las acciones bélicas y luego que se tomen el tiempo que les haga falta ( siempre parece que les sobra ) para negociar, pero al menos así los pueblos afectados seguirán con temor pero tendrán un recreo que les permitirá, comer, dormir, curarse, enviar los niños a la escuela, etc. sin que el terror de la guerra, les dibuje el espanto en sus rostros.-
Si no lo hacen serán "bomberos" que tienen salarios de reyes, que cuando hay un incendio se sientan a mirar.-
La ignominia de Gaza debe avergonzarnos a todos por igual. En la muerte de cada niño - por acción, por omisión o por distracción - , aunque sea minima algo de responsabilidad nos toca.-
No olvidemos que nuestra cancilleria tiene ADN terrorista. Y para ellos las palabras guerra, matar, asesinar, asaltar, etc. les sirven para escribir las letras de sus fanáticos himnos, que siempre llevan como música de fondo el estruendo de las bombas.-
Estos fundamentalistas del terror, lamentablemente no solo nosotros los padecemos. El mundo está infectado de ellos.-
Pero hoy la más virulenta critica la merecen los "fundamentalistas de la inacción" que es la burocracia internacional, que miran la masacre de Gaza como si fuera una pelicula en otro planeta.-
Estos mismos inoperantes funcionarios internacionales, son los que mostraron velocidad de reflejos desconocidos en ellos, cuando se trató de sostener bonos, apoyar a financieras y salvar bancos que parece que es más importante que salvar vidas.-
Si esta guerra inmoral, en lugar de la franja de Gaza, se hubiese intentado en la "Franja de Suiza" el que se animara a hacer el primer disparo ya hubiera sido ahorcado sin siquiera darle tiempo de sacar el dedo del gatillo.- "La vida va y viene, lo importante es el dinero".-
Si todo esto nos nos avergüenza, merecemos sentir repugnancia por nosotros mismos.
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lunes, 12 de enero de 2009

¿Qué le pasó a nuestra humanidad?

La Vicepresidenta del Parlamento Europeo escribe una carta a los políticos, indignada por la masacre en la Franja de Gaza.

Frente a la vergonzosa decisión del gobierno israelí de atacar por tierra e invadir de manera indiscriminada la Franja de Gaza, y al silencio cómplice de la comunidad internacional que, una vez más, ha demostrado su inmoralidad política y falta de decencia humana, la Vicepresidenta del Parlamento Europeo, Luisa Morgantini, ha enviado una carta a los políticos italianos, atacándolos por su inercia y falta de beligerancia. Una carta que perfectamente se podría enviar a todos los políticos de las grandes potencias mundiales, quienes en estas horas de horror y desesperación para el pueblo palestino siguen titubeando y proponiendo soluciones que de ninguna manera van a la raíz del problema, manteniendo una actitud de sumisión frente a la rapaz dirigencia israelí y al nuevo veto que los Estados Unidos acaban de imponer en el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Ni siquiera una palabra, un pensamiento, una señal de dolor para centenares de personas asesinadas, mujeres, niños, ancianos y militantes de Hamas, esos últimos también personas. Casas derrumbadas, edificios enteros, ministerios, escuelas, farmacias, delegaciones de la Policía. ¿Qué se hizo nuestra humanidad? Dónde están Veltroni y su "I Care" (secretario nacional del Partido Demócrata de Italia, quien hizo suyo el lema Obamiano en las ultimas elecciones en Italia N.d.R.). ¿Cómo se puede callar o defender la política de agresión israelí?La población de Gaza y de Cisjordania, los palestinos todos, pagan el precio de la incapacidad de la Comunidad Internacional de hacer respetar a Israel la legalidad internacional, obligándolo a dejar su política colonial. Ciertamente Hamas con el lanzamiento de los cohetes asusta y es una amenaza contra la población civil israelí, acciones ilegales, y hay que condenarlas. Hay que pararlas. Pero, ¡basta ya! con la impunidad de Israel y los chantajes de sus grupos dirigentes. Desde 1967 Israel ocupa militarmente los territorios palestinos, una ocupación brutal y colonial. Robo de tierras, demolición de casas, check point donde los palestinos son maltratados físicamente, despreciados, humillados; centros urbanos (colonias) que surgen sin control llevándose tierra, agua, destruyendo cultivos. Miles de prisionero políticos, a los que se les prohíbe las visitas de sus familiares.Ustedes, dirigentes políticos, ¿Acaso han visto alguna vez la desesperación de un campesino palestino cuando se agarra del tronco de su arbol de olivo, mientras un buldózer se lo lleva y los soldados le pegan con el fusil para que lo suelte? ¿O una mujer que pare detrás de una roca y el marido que le corta el cordón umbilical con una piedra porque los soldados israelís en el check point no le permiten pasar para ir al hospital? ¿O Um Kamel, sacada de su casa que le costó muchos sacrificios, porque fanáticos judíos que no son sobrevivientes del holocausto llegaron desde Brooklin, pensando que esa tierra, y por lo tanto esa casa, les pertenecían por derecho divino, y entraron con la fuerza, tomándosela, porque en ese barrio árabe de Jerusalén quieren levantar otra colonia hebrea? ¿Acaso han visto a los niños de las aldeas en los alrededores de Tuwani, al sur de Hebrón, que para ir al colegio tienen que caminar más de una hora y media porque en la carretera que va de su aldea a la escuela surge un asentamiento y los colonos agreden y les pegan a los niños? ¿O los pastores de Tuwani que encuentran sus tanques de agua y sus ovejas envenenadas por fanáticos colonos? ¿O la ciudad de Hebrón?¿Han visto el muro que corta calles y barrios, que expropia a los palestinos de sus tierras, que separa los palestinos de los palestinos, que le da nuevas tierras fértiles y agua a Israel, un muro considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia? ¿Han visto en el paso de Eretz a los enfermos de cáncer devueltos por razones de seguridad? En los últimos 19 meses son 283 las personas muertas por falta de atención médica. Tenían que ser atendidas en el exterior, pero no las dejaron pasar pese a que los médicos israelís del grupo Phisician for Human Rights garantizaran por ellos. ¿Han probado el frío que penetra hasta los huesos en las noches heladas de Gaza porque no hay calefacción, no hay luz o los niños nacidos prematuros en el hospital de Shifa, con sus cuerpecitos que quieren vivir, y son suficientes treinta minutos sin electricidad para que mueran?¿Han visto el miedo y el terror en los ojos de los niños, sus cuerpos partidos? Sin duda alguna también los niños de Sderot, su miedo, no es diferente, y también los cohetes matan, pero por lo menos ellos tienen dónde refugiarse, dónde ir y por suerte nunca han visto edificios derrumbados, o decenas de cadáveres que los rodean, o aviones que los bombardean. Un sólo muerto es suficiente para decir NO, pero las proporciones también tienen su valor. reducida a fantasma porque en el casco urbano 400 colonos, custodiados por miles de soldados, han desalojados a miles de palestinos, obligándolos a cerrar 870 actividades comerciales?. Desde 2002 hasta la fecha han muerto 20 personas por los cohetes que lanzan los extremistas palestinos. Demasiado, pero en Gaza, en ese mismo lapso de tiempo, miles y miles de casas han sido derrumbadas y más de tres mil personas han sido asesinadas, entre ellas centenares de niños que no lanzaron cohetes.Después de las manifestaciones en Milán donde fueron quemadas banderas israelís, ustedes los dirigentes políticos manifestaron indignación, y gritaron su condena. Tienen todo el derecho de hacerlo. Yo no quemo banderas, ni de Israel, ni de otros países y pienso que Israel tiene el derecho de existir como un Estado normal, un Estado por sus ciudadanos, con las fronteras de 1967, mucho más amplias que las de la repartición de Palestina decidida por Naciones Unidas en 1947. Sin embargo, me hubiese gustado oír indignación y humanidad en sus palabras, oírles gritar el dolor por tantos muertos y tanta destrucción, por tanta arrogancia y falta de humanidad, por tanta violación del derecho internacional y humanitario. Me hubiese gustado escucharles decir a los gobernantes israelís: ¡Cesen el fuego! ¡Cesen el asedio a Gaza! ¡Paren ya la construcción de colonias en Cisjordania! ¡Acaben con la ocupación militar! ¡Respeten y apliquen las resoluciones de las Naciones Unidas! Es esta la mejor manera para quitarles espacios a los fundamentalismos y a las amenazas contra Israel.Ayer lo decían miles de israelís en Tel Aviv: "Rechazamos ser enemigos. ¡Basta ya de ocupación!" ¡Dios mío, en que mundo terrible vivimos! ( Roma, Italia, 3 de Enero del 2009 )

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domingo, 11 de enero de 2009

Entre la lipotimia y la hipertensión. Por Jorge Raventos


Un cuadro de lipotimia y anemia obligó a la señora de Kirchner a posponer su viaje a Cuba. El contratiempo fue, en cualquier caso, políticamente oportuno: al momento de su indisposición, el viernes 9 de enero, la dama aún no había recibido de su canciller, Jorge Taiana, ninguna noticia positiva (o, al menos, prometedora) sobre los trapicheos diplomáticos con el régimen de La Habana destinados a que durante la visita pudiera anunciarse algo en relación con la suerte de la doctora Hilda Molina y de su madre, dos ciudadanas cubanas que reclaman el derecho de viajar a Buenos Aires para reunirse con su familia argentina.
Las autoridades cubanas han sostenido con intransigencia que la doctora Molina no puede abandonar la isla. La Casa Rosada apostó a que el giro "realista" que Raúl Castro procura imprimirle al gobierno cubano desde que reemplaza a su hermano Fidel ablandaría aquella postura e hizo saber a la cancillería cubana que la señora de Kirchner no estaba en condiciones de ignorar el tema y aspiraba a presentarse ante la prensa con alguna buena nueva. Pese a esa sostenida presión de Buenos Aires –destinada principalmente a cuidar la imagen presidencial-, el viernes 9, en vísperas de la partida de la muy amplia delegación argentina, los cubanos no habían comprometido nada sobre el asunto. Buen motivo para una lipotimia, uno de cuyos factores determinantes es el estrés.
No sólo la aparente indiferencia cubana puede alterar la tensión del gobierno. El mismo viernes 9 se hacía pública la decisión de la asamblea ambientalista de Gualeguaychú de endurecer y aun extender el bloqueo de los pasos a Uruguay. "No están ni la provincia de Entre Ríos ni la ciudad de Gualeguaychú solas en esta lucha –había afirmado Néstor Kirchner, orador ante esa asamblea, en mayo del año 2006-. La República Argentina en su rica pluralidad y diversidad está con ustedes". Ahora el mensaje del oficialismo sobre ese asunto ha cambiado notablemente. El gobierno nacional ha instruido al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, para que despliegue un discurso duro: "Los cortes se deben terminar de una vez y para siempre". El jefe de gabinete nacional, Sergio Massa, frasea la misma melodía y, por si quedaran dudas, Néstor Kirchner lanzó a Luis D'Elía, su Ciriaco Cuitiño, a advertirles a los asambleístas que su protesta "ya agotó a toda la sociedad". ¿Qué es lo que lleva hoy a los cruzados oficialistas a objetar medidas que en su momento consideraron "una causa nacional" y a presionar a los mismos ambientalistas que hasta hace poco halagaban? Para entenderlo, conviene recordar que Néstor Kirchner vio frustrada su candidatura a la presidencia de UNASUR (el agrupamiento de estados suramericanos) por el veto que le impuso la República Oriental del Uruguay, principalmente en virtud de la conducta del gobierno argentino en relación con los bloqueos a los puentes binacionales. Empeñado en hacerse de aquel cargo honorífico, Kirchner quiere resolver el tema de los bloqueos antes de la próxima reunión de UNASUR, en abril, con la expectativa de que –allanado ese problema- el gobierno de Montevideo levantará el veto. Es cierto que Dios escribe derecho en renglones torcidos, pero resultaría más que irónico que las relaciones entre dos países tan íntimamente vinculados como Argentina y Uruguay terminaran resolviendo un diferendo de esta naturaleza por una caprichosa motivación personal.
En todo caso, habrá que ver si su tardío cambio de casaca le alcanza a Kirchner para salvarse del veto. Por un lado tendrá que vencer la resistencia de los asambleístas, que parece haber reverdecido precisamente al tomarse nota de su interesado salto ornamental. Por ora parte, el gobierno de Tabaré Vásquez ha hecho saber que espera más que el levantamiento de los bloqueos: quiere garantías plenas sobre la libertad de tránsito en las fronteras y aspira además a que la Casa Rosada levante las trabas que impiden el dragado de un canal del Río de la Plata –el canal Martín García-, indispensable para facilitar la navegación de carga.
El gobierno K inició el año 2009 agobiado por la convicción de que ha comenzado un ciclo de malas noticias. Ni mencionar las que surgen de la política, que revelan la incontenible fuga de aliados y la convicción generalizada de que se ha iniciado ya el "poskirchnerismo" (sea esto lo que sea). Aunque se les preste menos atención, los síntomas ominosos llegan desde todos los campos.
En principio, antes de sufrir la lipotimia, la señora de Kirchner había ordenado al presidente del Banco Central que postergara su informe monetario al Congreso (la Carta Orgánica de la institución obliga a rendirlo antes del fin de cada año). El gobierno trató de evitar que se debatiera en las cámaras lo que ya se debate ampliamente en los medios económicos: tanto la fuga de capitales (se estima que en 2008 salieron del país en volúmenes mayores a los de la crisis del 2001/2002: 20.000 millones de dólares) como la veracidad de las cifras oficiales sobre reservas. Algunos distinguidos especialistas, como los doctores Agustín Monteverde y Roberto Cachanosky, sostienen que el BCRA infla marcadamente esos números no contabilizando ventas a futuro y registrando como reservas internacionales préstamos del Banco de Basilea. "Las reservas netas deducidas esas obligacione (pero incluyendo aún los fondos recibidos del BIS y las ventas a futuro) son entonces 22549 millones de dólares (45906 – 23357), lo que ya resulta inferior a la mitad de las reservas informadas por el BCRA", sostiene Monteverde, por ejemplo.
En el terreno de la producción, el paisaje no pinta menos penumbroso.Las cifras más dramáticas llegaron desde un sector que fue pilar de la reactivación de los últimos años: la industria automotriz. Aunque merced a los números del primer semestre el balance del 2008 no resultó negativo, el mes de diciembre refleja con brutalidad la nueva tendencia: ese mes la producción sufrió una caída de 47,3 por ciento, en relación a diciembre de 2007 y de 37,5 por ciento en relación con noviembre de 2008. Por su parte, las ventas de automóviles al exterior cayeron en diciembre un 41,7 por ciento con relación a noviembre y bajaron un 40,4 por ciento frente al último mes de 2007. Los pronósticos de las fábricas son pesimistas. Honda decidió postergar su anunciada instalación en Campana. Otras grandes fábricas informaron al sindicato de mecánicos que dejarán de producir los días viernes e incrementarán los licenciamientos de operarios. Licenciamientos, suspensiones y despidos no son exclusivos de la industria automotriz. La CGT registra más de 2 mil despidos en la industria automotriz y más de 3.800 cesantías y 4.500 suspensiones en diferentes rubros del sector metalúrgico. También, los bancarios han denunciado que las entidades Financieras privadas despidieron en forma "encubierta" a más de 1.500 empleados entre septiembre y noviembre últimos. Esas cifras son parciales u optimistas, según se las mire. La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) estima en al menos 47.418 el número de trabajadores afectados por despidos, suspensiones, adelanto de vacaciones, inestabilidad laboral y recortes de jornada. El mes de diciembre registró –según datos oficiales (poco difundidos, es cierto) - 6.517 despidos y 39.270 suspensiones, un incremento interanual de 1.800 por ciento en materia de cesantías y de 1.200 por ciento en cuanto a suspensiones, consecuencias –antes que de la crisis financiera internacional- de desatinos internos generadores de desconfianza, como la inconclusa lucha del gobierno con el campo y la confiscación de los fondos jubilatorios de capitalización. Los despidos afectan principalmente a actividades de construcción, cuero, madera, frigoríficos, pesca, textil, metalurgia y comercio.
Ese paisaje sombrío se oscurece más con la previsión de Siderar, la gran empresa siderúrgica de Techint con sede en San Nicolás, de cesantear a 2400 operarios en las próximas semanas. Los trabajadores pertenecen a los gremios de metalúrgicos y construcción y su actividad estaba pensada para los trabajos de reforma de un alto horno de fundición de la planta, una inversión que ahora será suspendida. Muy cerca de allí, en Villa Constitución, la empresa Paraná Metal, que se declaró en convocatoria y suspendió sin goce de sueldo a 1200 trabajadores, sigue ocupada por los operarios.
Luego está el tema del campo. Si el gobierno no cambia de actitud frente a los productores, desde fines del mes de febrero verá reavivarse las movilizaciones que agitaron al país en 2007. En rigor, si los vaticinios dependieran del clima que se vive ya mismo en las asambleas agropecuarias del país, habría que adelantar el pronóstico y asegurar que el conflicto estallará mucho antes. Si eso no ocurre es porque las conducciones de las entidades están tratando de tranquilizar los espíritus y, en algunos casos (como en Entre Ríos), están procurando que la protesta no perjudique al turismo y los servicios en esta época más o menos propicia del año. En La Pampa,los productores ya se hicieron ver y oir el sábado 3: protestaron de a caballo al paso de la primera etapa del rally Dakar 2009, que concluía en Santa Rosa. La atmósfera de las semanas y meses próximos acaso sea menos pintoresca, y la protesta se torne menos festiva.
Conviene tomar en cuenta estos hechos, porque el 2009 político - electoral seguramente estará determinado por los acontecimientos de un 2009 económico y social, que producirá lipotimias o hipertensiones.
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La indefensión militar del país

Editorial de La Voz del Interior – Publicada el 10-01-2009

La Argentina, pese a la ausencia de hipótesis de conflicto con países vecinos, vive una preocupante situación de indefensión militar, que puede ser una carga muy dura para las generaciones futuras. La Argentina no tiene hoy –afortunadamente– "hipótesis de conflicto" a la vista, entendiendo por éstas la posibilidad de enfrentamientos militares con países vecinos o a escala regional, lo que no justifica en absoluto el estado de indefensión militar en que se encuentra el país. No se plantean, ni por asomo, situaciones de riesgo como las que casi llevaron a una guerra con Chile a fines de 1978, ni tampoco la posibilidad de una nueva guerra de Malvinas como la de 1982. No hay conflictos limítrofes, y los problemas que pueden existir en ese plano –sobre todo con Chile– están encarrilados en las negociaciones diplomáticas. También el reclamo argentino sobre la soberanía en las Islas Malvinas está planteado en las Naciones Unidas y los tribunales internacionales, descartándose de plano toda acción militar.
Alguien podría pensar –y hay quienes no ocultan ese pensamiento– que no hay que preocuparse por no tener Fuerzas Armadas modernas, bien equipadas y eficaces, ya que el país hoy tiene otras prioridades y que la mejor política de defensa es el crecimiento económico con justicia social. O que, en todo caso, los problemas de seguridad interna y externa que demandan la intervención de cuerpos armados hoy no se resuelven con el Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea. Y hasta los propios militares de carrera admiten que las Fuerzas Armadas no están hechas para combatir el narcotráfico o la delincuencia organizada. ¿Quiere decir entonces que los militares están demás, que no cumplen una función útil o necesaria en una sociedad como la argentina? Quizá nadie llegue al extremo de pensar una cosa semejante, pero lo cierto es que hay una desvalorización del papel de las Fuerzas Armadas y no existe una conciencia colectiva sobre la necesidad de tener una política de defensa como política de Estado. No sucede lo mismo en los países vecinos. Brasil y Chile han llevado a cabo ambiciosos programas de modernización de sus fuerzas armadas. Brasil acaba de firmar acuerdos con Francia y Rusia para mejorar su equipamiento militar, y Chile sigue siendo una potencia naval de primer rango en el Pacífico sur, además de poseer fuerzas terrestres que en poco tiempo podrían ocupar la Patagonia argentina. Hoy no está planteada ninguna hipótesis de conflicto militar con Chile, pero este desnivel en el plano militar resulta francamente preocupante. Tampoco se avizora posibilidad alguna de conflicto con Bolivia, pero la situación interna del país vecino hace que se deban hacer previsiones y adoptar las medidas necesarias en el norte del país, incluido el plano militar. También Brasil hace mucho tiempo que dejó de ser una hipótesis de conflicto para la Argentina, pero, ¿puede aceptarse sin más la enorme ventaja militar que le lleva Brasil a nuestro país? Algunos datos para tomar en cuenta: el año pasado 40 pilotos militares renunciaron a la Fuerza Aérea para ingresar a compañías aerocomerciales privadas y 70 oficiales jóvenes del Ejército y la Armada pidieron el retiro para dedicarse a otras actividades. En cuanto a la situación de las unidades estratégicas del Ejército, la situación es preocupante: en la IV Brigada Aerotransportada –con asiento principal en Córdoba– 70 por ciento de sus efectivos ha pensado también en solicitar el retiro. Y hay otros problemas, como el envejecimiento u obsolescencia de los equipos: se estima que el grueso de las armas y vehículos del Ejército tienen una antigüedad promedio de 30 años. Y hay más datos: se estima que el número mínimo de soldados del Ejército Argentino, en relación al territorio del país, tendría que ser de 100 mil soldados, y que hoy es sólo de 13 mil. Es verdad que el paso de la conscripción obligatoria a los cuerpos armados profesionales supone una disminución de la cantidad y un aumento de la calidad, pero no una desproporción semejante. Ello obliga a un debate a fondo en los niveles político, parlamentario y militar, sobre la necesidad de una nueva política de defensa nacional. El país no puede seguir viviendo en un estado de indefensión permanente, que puede tener graves consecuencias para las generaciones futuras.


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INTELIGENCIA "K". Por Isidoro González

Al Capone era inteligente, Hitler era inteligente, Stalin era inteligente y Nestor Kirchner es inteligente.-
Que tienen de común todos ellos aparte de su grado de inteligencia?
Es que supieron aprovechar momentos históricos, en escenarios sociales con sistemas de inmunidad totalmente debilitados poniendo la inteligencia con apasionamiento demoniaco al servicio de causas perversas.-
Pero tambien existen importantes diferencias;
- Los maestros inspiradores de Nestor tuvieron (y aún tienen) trascendencia internacional mientras que él es un "malechor de cabotaje".-

- Al Capone no se introdujo en una liga de la moral simulando bondad y luego la transformó en una secta mafiosa.-

- Hitler no fingió ser un pacifico ciudadano ambicioso de la paz con profundo amor especialmente a sus queridos hermanos judios y luego de su exitoso engaño se apoderó de Alemania para intentar dominar el mundo.-

- Stalin nunca simuló ser un cristiano creyente, amante de la democracia y la propiedad privada y luego recien de la revolución de 1917 mostró su ateismo oculto, el odio a la democracia y a la propiedad privada, desatando su verdadera vocación de criminal dictador.-
Nunca fueron hipócritas, desde el vamos mostraron sus verdaderas intenciones.
Eran forajidos con un mínimo de códigos.-

En cambio nuestro inefable Nestor se disfrazó de democrático, con astucia se infiltró en el partido politico de mayor significación en Argentina, simuló ser peronista, ser progresita y defensor de los derechos humanos.- Su inteligencia ladina le indicaba que si se mostraba tal cual era, nunca hubiera pasado de ser un granuja acompañado solamente por una mínima banda de alchauetes, con los que tendrian que conformarse (como ya lo venian haciendo) en delinquir en un espacio demasiado pequeño para sus delirantes ambiciones.- Con el instinto del "tordo" eligió un "nido ajeno" (el peronismo) que le permitiera incubar con éxito los huevos de donde renacerian los siniestros montoneros y bribones sin ideologia que solo piensan en rapiñar, garantizando así la preservación de su maligna especie.-
Kirchner demostró una vez más que la cobardia agudiza el ingenio, evidenciando que como canalla furtivo, picaro, hipócrita y granuja, ni Capone, ni Stalin, ni Hitler le pueden "pisar el poncho".-
Parafraseando a Séneca podemos decir que a Nestor "el poder no lo cambió lo desenmascaró" .-

Otra diferencia que muestra a Nestor como un truhán sin ningún valor de hombre es que ni a Capone, Hitler y Stalin, se les hubiera ocurrido colocar a sus esposas para que hagan el trabajo sucio y además humillarlas en público, vociferando para que todos tengan claro que ellas solo son un utensilio funcional a sus nefastas ambiciones.-
Para el pícaro Nestor es más importante ser un macho sinvergüenza que un caballero.-

Nuestro pais padece el falseamiento de la democracia y una permanente ofensa a la república que progresivamente la va aniquilando; porque el gobierno está en manos de un insolvente moral, que en lugar de servir al pueblo pretende ser su amo.-
Nuestra querida Argentina exige urgente la rectificación del rumbo (corrupción sin limites, desprestigio internacional, violación de la constitución, etc) que la "inteligencia K" , a impuesto.-
El peronismo honesto debe imperiosamente expulsar al "tordo" de su "nido" .-
Igualmente el resto de los partidos democráticos deben tomar debida nota de esta trágica experiencia y estar en permanente vigilancia para no ser penetrados por delincuentes civicos seriales, que inspirados en las recetas "fabianas" y de A. Gramsci, saben que la única forma de tomar el poder es con prolijas y malintencionadas simulaciones que le permitan introducirse en organizaciones partidarias y/o instituciones, utilizandolas como caballo de Troya para así lograr el mando y poder dar rienda suelta a sus pervertidas e ilimitadas ambiciones.-
La hora de la verdad a llegado, la confrontación entre la mayoria de buenos argentinos y la "inteligencia "K" , es inevitable.-
El pueblo no debe cometer el error de menospreciar la capacidad del siniestro contrincante,.
Estamos ante un enemigo avieso y muy taimado.
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martes, 6 de enero de 2009

La nueva frase: “roban pero son de izquierda”. Por Gonzalo Neidal

(Publicado en La Mañana. Lunes 5 de enero de 2009)
Hace un par de años, un periodista porteño contó por radio que, al pasar en auto por la Quinta de Olivos, durante los noventa, su pequeño hijo le preguntó quién vivía allí, y él, dándole una gran lección de moral le respondió que allí vivía quien le robaba a todos los argentinos. Este periodista escribe en medios oficialistas y ya no pone tanto entusiasmo en explicar a su hijo sobre los habitantes de Olivos.
Como él, casi toda la prensa progresista ha abdicado de su lucha contra los ilícitos cometidos por el gobierno nacional. “Eso sería hacerle el juego a la derecha”, sostienen.
En estos últimos años está ocurriendo, en la Argentina, un fenómeno del que los sociólogos deberán tomar nota para futuras investigaciones. Un sector de la clase media –siempre afecta a los discursos morales- se ha bajado de la lucha contra la corrupción, militancia que ejerció con entusiasmo y fruición durante las décadas anteriores.
Nos referimos al “progresismo”, siempre tan atento a la corrupción de los gobiernos, pues allí creen ver una prueba irrefutable de la explotación de los más humildes, una muestra irrebatible de apropiación de riqueza por parte de los poderosos. Durante los últimos años, han decidido tomarse un descanso en esta dura y esforzada tarea.
¿Por qué tanto silencio ante una realidad que ofrece material precioso para investigar y denunciar? ¿Por qué ahora se mira para otro lado cuando, por ejemplo, en tiempos de Carlos Menem se hizo un verdadero escándalo por una modesta franja de cemento que se llamó “pista de aterrizaje”? ¿Qué ha pasado que ahora, ante los evidentes y numerosos casos de escasa transparencia en el manejo de los fondos públicos, los progresistas miran para otro lado?
Es probable que consideren –alguno de ellos ya lo ha insinuado- que está mal cuando roban los enemigos pero está bien cuando lo hacen los amigos, con los que comparten “valores”. (Esta última palabra debe ser entendida como una visión del mundo, de la política y de la justicia).
Durante los noventa, ante el formidable éxito del programa de estabilización monetaria, se denunciaban los ilícitos y se criticaba la frase “roban pero hacen”, en una aceptación tácita de que el gobierno había alcanzado logros importantes. Se decía entonces que una cosa no debía justificar la otra. Y es verdad.
Pero los que antes cuestionaban presuntos ilícitos, ahora los apañan con un argumento maquiavélico, que no se animan a expresar a viva voz: el fin (presuntamente noble), justifica los medios (claramente ilegales). Si se roba en defensa de los derechos humanos, está bien. Si se roba en nombre de la justicia social, está bien. Si se roba para sostener financieramente a los órganos de prensa que defienden al gobierno nacional, está bien.
Otra vertiente de perdón hacia el ilícito perpetrado desde el “estado progresista” lo constituye la formación setentista, propensa a asentarse sobre generalidades, nutrida de grandes categorías históricas y despreciativa de la política concreta, a la que consideran “menuda” y, por lo tanto, indigna de análisis particular.
No hay proporción alguna entre los escándalos financieros y económicos ocurridos en los últimos años y la repercusión que han tenido. No existen órganos de control que funcionen, la Justicia mira hacia otro lado y una gran parte de la prensa prefiere el silencio.
O peor que el silencio: publicitar hasta el cansancio las viejas causas contra De la Rúa y Menem, muchas de ellas forzadas y nebulosas. Hay periodistas que nos tapaban de libros en los noventa y que ahora, por un raro e inexplicable virus, se privan de escribir, justo cuando la realidad les ofrece material precioso e invalorable sobre la temática a la que siempre han dedicado sus textos.
Todos ellos tendrían que pensar seriamente si no estaban mejor antes, cuando podían ejercer su derecho de denuncia sin autoreprimirse. Todo hace pensar que dentro de poco se abrirá un ciclo que favorecerá el ejercicio de su arte en plenitud: la situación política se desliza hacia el entrenamiento de un gobierno de distinto signo al actual y ese hecho les permitirá, nuevamente, afilar la pluma y recobrar el entusiasmo por la denuncia acerca de los horrores de la corrupción.
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sábado, 3 de enero de 2009

Las fuerzas centrífugas. Por Jorge Raventos

Escrutado desde el mirador de el Calafate, al iniciarse el 2009 el país parece un
aula alboratada y en desorden, donde ya luce improbable que el gobierno
restablezca la añorada disciplina de los primeros años K. El bullicio se ha
generalizado tanto que hasta los silenciosos se han lanzado a hablar. Carlos
Reutemann inauguró el año con declaraciones no por parcas menos elocuentes:
se anotó en el largo listado de aspirantes potenciales a una candidatura
presidencial en 2011. "Esta vez vale la pena pensarlo", arriesgó.

Es cierto que hasta la encrucijada de las presidenciales restan más de mil días -
una eternidad-, pero en El Calafate, quizás por hipersensibilidad, no desprecian
el lenguaje simbólico, interpretan y hasta sobreinterpretan los signos políticos. Y
saben que, más allá de que concrete o no eso que sonó como una promesa
reticente, lo que Reutemann está refirmando es que en 2011, más allá de los
formalismos que lo tienen como presidente del Partido Justicialista, Néstor
Kirchner no sólo no podrá sostener una candidatura propia ni una de su círculo
familiar, sino que ni siquiera estará en condiciones de definir la fórmula del PJ.

El senador por Santa Fé no es el primero ni el último de los jefes provinciales (o
destacados líderes de distrito) peronistas que declaran o insinúan su aspiración
presidencial: José Manuel De la Sota, Mario Das Neves, Juan Carlos Romero,
Alberto Rodríguez Saa, Felipe Solá ya han confesado esa ambición; el
sanjuanino José Luis Gioja, el salteño Juan Manuel Urtubey, el chaqueño Jorge
Capitanich podrían ser los próximos. Y no hay que olvidar a Daniel Scioli, que
orejea cautamente sus naipes en la siempre decisiva provincia de Buenos Aires.
Cada nombre que se agrega a esa nómina es una señal más de que el sistema
de poder del justicialismo toma distancia del proyecto kirchnerista, se distancia
de su esturctura de autoridad. Los Kirchner, que en sus momentos de más
fuerza y más caja habían conseguido, si no adquirir, al menos alquilar el manejo
del partido justicialista y someter a sus estructuras locales, cada día ven
reducirse más vertiginosamente el alcance de su dispositivo, que hoy no tiene
demasiado más que los cuadros reclutados en "la pingüinera" de Santa Cruz, y
algunos otros cooptados a partir del 2003, como el responsable de las
estadísticas falsas, Guillermo Moreno, o el encargado de la inseguridad, Aníbal
Fernández. El vacío alrededor de los Kirchner se ensancha, en parte por
decisión de quienes toman distancia (hasta un personaje del riñón mismo del
kirchnerismo, como Alberto Fernández), en parte por la devoradora desconfianza
que crece en Olivos y la Casa Rosada (y que se potencia en los retiros
calafateños), que conduce a la familia presidencial a apartar a quienes
consideran tibios o vacilantes para colocar en reemplazo a aquellos que juzgan
duros e incondicionales. El último ejemplo fue el cambio de Cludio Moroni por
Ricardo Etchegaray en la cima de la AFIP y el inmediato úkase con el que este
liquidó a la cúpula técnica del ente recaudador. Moroni es un amigo de Alberto
Fernández.

El diagnóstico estratégico que prevalece en el bunker kirchnerista define como
prioridad política homogeneizar y consolidar su frente interno para afrontar lo
que estiman es una batalla decisiva: la sobrevivencia del proyecto en el año
electoral que se ha abierto. Por ello es probable que se produzcan nuevos
reemplazos (aunque un límite del kirchnerismo es la escasez de cuadros
políticos y técnicos) y que se intensifique la presión para disciplinar a los que
ahora son juzgados como demasiado dubitativos.

El pronunciamiento de Reutemann, aunque parece referido al 2011, apunta a un
objetivo más cercano. Una santafesina que supo acompañarlo políticamente y
ahora trabaja en una secretaría de estado provincial con el gobernador
socialista Hermes Binner –la dirigente de Pampa Sur, María del Carmen Alarcón-
estimó que "lo hace solamente por la elección el año que viene en Santa Fe y su
postulación como Senador, porque sabe que esta perdiendo con Binner y
Giustiniani, por estar asociado a los Kirchner". Es probable que la señora
Alarcón no se equivoque en ese sentido: Reutemann necesita tomar distancia
de Kirchner rápidamente para recuperar chances en la elección de este año. En
similar situación se encuentran otros dirigentes justicialistas del país. Algunos
buscarán exhibir independencia con estilo análogo al de Reutemann, otros, en
versión propia de la teoría del desacople, están tratando de que los comicios de
octubre sean considerados en sus distritos como una elección de corte
exclusivamente local, donde la gestión y la imagen del gobierno nacional no
sean juzgadas ni, en lo posible, mencionadas. En cualquier caso, lo que está
operando es la ley de hierro de la centrifugación: el kirchnerismo expulsa a
quienes hasta ahora había podido retener como aliados.

La dispersión política se suma a las dificultades económicas, consecuencias de
un comportamiento imprevisor. Los ajustes que el gobierno no quiso hacer en
tiempos de vacas gordas, se precipitan forzadamente ahora, cuando arrecia la
crisis, el país carece de crédito, los mercados externos se estrechan y la
desconfianza se extiende.

Aunque la confiscación de los fondos de la jubilación privada y otros arrebatos le
prometan al gobierno algún sosiego financiero, lo cierto es que la economía ya
da señales claras de repliegue. Pese a las presiones oficiales sobre las
entidades que representan al comercio para que vendieran unna "imagen
positiva" de las ventas de fin de año, las cifras reales reflejan la caída del
consumo en diciembre. Y el turismo sigue por la misma senda. Las encuestas
registran la creciente preocupación de la opinión pública por el tema del
desempleo, un asunto que tiende a igualar a la inquietud por la inseguridad. Con
realismo, la sociedad estima que a los problemas locales que ya se expresan en
suspensiones, despidos y crecimiento de las cifras de pobreza e indigencia, se
agregarán en las semanas y meses próximos los efectos de la crisis global, que
todavía no se notan seriamente en el país.
No sólo en el plano político se vive la centrifugación.
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jueves, 1 de enero de 2009

2009: El año que viviremos en peligro. Por Jorge Raventos


En su libro más reciente, Domingo Cavallo ha diagnosticado el destino cantado de la economía kirchnerista en caso de que el matrimonio presidencial no modifique su rumbo: avanzamos hacia una situación de estanflación, es decir, a una caída sostenida de la producción acompañada por alta inflación y, el peor de los casos, hiperinflación.
Cavallo no está solo en ese vaticinio. El Instituto Internacional de Finanzas, una entidad que agrupa a los 400 mayores bancos del planeta ha dado a conocer un informe sobre la economía mundial en el que asevera que "la Argentina, Ecuador y Venezuela (…) siguen políticas insostenibles que terminarán en un aterrizaje forzoso y un posible default". Sobre nuestro país, el Instituto descarta pronósticos anteriores (que ya indicaban una fuerte caída en las tasas de crecimiento) para considerar ahora que la economía argentina tendrá crecimiento negativo. No corresponde culpar por la caída a la crisis mundial, sino a la singularidad kirchnerista. Perú, Colombia, Chile y Brasil –según ese análisis- no se encontrarán en rojo: crecerán, aunque lo hagan en medida algo menor que en los últimos años. El Instituto estima que, pese a la fuerte retracción de su economía, Argentina sufrirá en 2009 una inflación superior a la del ejercicio que concluye y la mayor de todos los países que analiza el estudio. La caída no espera al cambio de almanaque para manifestarse: ya golpea fuertemente el interior de la Argentina. La insensibilidad del gobierno de Kirchner en relación con la producción agropecuaria –a la que castiga inclusive cuando aparenta discursivamente acordarse de ella- repercute sobre el conjunto de la actividad económica. Santa Fé es una de las provincias más golpeadas. Algunos centros de producción de maquinaria agrícola están virtualmente paralizados. En Las Parejas los trabajadores del sector se encuentran inactivos, sea por vacaciones forzosas o porque han sido suspendidos. De sus 15.000 habitantes, más de 2.000 están laboralmente vinculados en forma directa a esa actividad. En Armstrong y Las Rosas la situación no es demasiado diferente. En Villa Constitución, la firma Paraná Metal suspendió a 1200 operarios: ellos y sus familias pasaron la Nochebuena en carpas, acampando alrededor de la fábrica parada, acompañados por la solidaridad de la comunidad local.Las autoridades santafesinas han informado que en diciembre se multiplicaron por cuatro las solicitudes de procedimientos preventivos de crisis presentados por empresas locales, por comparación con el mes anterior. "Y sabemos positivamente que en enero se van a incrementar", profetizó la número 2 de la cartera de Trabajo, Alicia Ciciliani. El titular del Centro Industrial de Las Parejas, Mirko D'Ascarnio, advirtió por su parte, que "han comenzado las suspensiones y los despidos; lamentablemente, para las empresas se hace imposible mantener los puestos de trabajo; aproximadamente 20 talleres, con un promedio de 6 personas cada uno, han desaparecido en los últimos meses". El ministro de Trabajo santafesino, Carlos Rodríguez, resumió la raíz del problema: "Hay que solucionar de una vez por todas el conflicto del campo. Las respuestas dadas por la Presidenta fueron inconsultas". Las consecuencias de la espasmódica política oficial se observan en el sensible espacio de los sectores más humildes: la pobreza crece, la indigencia se torna intolerable. La Iglesia hace oir su voz de alarma: " La deuda social no admite postergación", puntualizó, por ejemplo, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo. Otro obispo de la provincia, el titular de la diócesis de Reconquista, Ramón Dus, observó que «emergen algunos síntomas alarmantes de conflictividad social que preocupan y cuestionan. Síntomas que se irán agravando si los que tienen en sus manos la capacidad de resolverlos, los ignoran, los desestiman o no vislumbran una respuesta adecuada».Esos síntomas no se visualizan sólo en Santa Fe. En Arrecifes, provincia de Buenos Aires, los empleados de la fábrica de acoplados Gomatro, tomaron la planta para protestar por el despido de trabajadores y reclamar el pago de salarios e indemnizaciones. Los trabajadores advirtieron que si no surgen soluciones convertirán a la industria en una cooperativa obrera. En algunas localidades del Gran Buenos Aires se registraron en vísperas de Nochebuena copamientos y saqueos de supermercados. Hubo medios oficialistas que deslizaron que esos asaltos estaban teleguiados por "el duhaldismo". Eduardo Duhalde les respondió en una entrevista que concedió al diario que dirige Jorge Lanata: "Son todas estupideces. En las charlas que tengo con sectores medios les pregunto qué piensan que puede hacer una persona que llega a su casa, donde hace un calor de morirse, y no tiene plata ni comida. No dejo ni que me contesten. Les digo: harían cualquier cosa. Hay millones de argentinos dispuestos a hacer cualquier cosa. No joroben más con esto. Asuman el problema". El poder tóxico Duhalde agregó una interesante definición sobre el esposo de la Presidente : "Kirchner tiene un liderazgo tóxico basado en el dinero". La frase combina subliminalmente dos universos que hoy se vinculan en las páginas de los diarios cuando, al parecer, la Corte se dispone a despenalizar la tenencia de drogas, en coincidencia con el pensamiento oficial que suele difundir uno de los ministros Fernández, mientras el gobierno impulsa la expansión del juego en los distritos más prometedoramente redituables y el Poder ejecutivo, con los superpoderes en la mano, los fondos expropiados a los futuros jubilados en la caja y la ley de blanqueo de capitales que le regalaron sus congresistas en el Boletín Oficial trata de recomponer el poder que se le escurre entre los dedos.
En sus horas de apogeo, el llamado "modelo K", mostraba una lógica transparente: succionaba recursos de todos los distritos (principalmente de la Argentina interior) hacia la caja central y los empleaba para condicionar y disciplinar gobiernos provinciales o municipales; confiscaba a los sectores más productivos y competitivos y con ellos distorsionaba los precios y generaba dependencia de sectores empresarios, que en lugar de obtener rentabilidad por la vía del mercado y la competencia, la conseguían como cortesanos y embolsando subsidios.Ese mecanismo funcionó aceitadamente hasta que se produjo la rebelión del campo y la Argentina interior. La insistencia del gobierno K en librar esa guerra terminó aislándolo y dispersando a muchos de sus aliados. El caprichoso comportamiento frente al campo se sumó a la ostensible falsificación de las estadísticas oficiales y a una anacrónica erupción de estatismo que culminaría con la confiscación de los fondos de 9 millones de aportantes a las administradoras de fondos de pensión. La consecuencia está a la vista: no hay quien quiera prestarle dinero a una Argentina aislada que sólo genera desconfianza, reflejada en una tasa de riesgo país de 2000 puntos y tasas de bonos que superan el 45 por ciento en dólares.Con la caja pinchada, los Kirchner se encuentran en problemas: no saben gobernar en esas condiciones. Se multiplican las divisiones internas. Como crece la sospecha de que durante 2009 el país pueda ingresar en default, algunas voces del oficialismo plantean a la señora de Kirchner, por ejemplo, difundir un cronograma de pagos que acote la desconfianza generalizada. El esposo de la Presidente desautoriza ese recurso: no quiere poner negro sobre blanco un plan que permitirá que los cumplimientos o incumplimientos del gobierno sean monitoreados. También fue el Primer Cónyuge quien decidió no rebajar las retenciones a la soja, medida que altos miembros del elenco de su esposa habían dejado trascender, con la esperanza de atemperar el conflicto con los productores agrarios y alentar la exportación del célebre yuyo, que descansa en los silos-bolsa privando al Fisco de ingresos que necesita imperiosamente. Néstor está persuadido de que, más importante aún que los fondos que terminarán faltando, es demostrar capacidad de retaliación y castigo ante quienes se animen a desafiar su poder. Se verá más de ese comportamiento en el año que se inicia, cuando los desafíos se multipliquen.Unos meses atrás, en mayo, a dos meses de iniciada la rebelión interior contra la resolución 125 durante un viaje al Noroeste, en un acto en San Salvador de Jujuy, la señora de Kirchner ensalzó los esfuerzos de su gobierno en términos de " una nueva epopeya, como la del éxodo de Belgrano, como la del Exodo Jujeño". Tal vez se tratara de una metáfora reveladora, surgida menos de una súbita inspiración poética que de afiebradas conversaciones conyugales en la soledad de El Calafate. Manuel Belgrano decidió esa maniobra defensiva desesperada cuando se consideró en inferioridad ante los españoles del general Goyeneche, reforzados con tropas que llegaban desde el Alto Perú; ordenó abandonar la plaza y dejar atrás sólo tierra arrasada: quemar casas y cosechas. Cuando evocaba el Exodo Jujeño comparándolo con su propia epopeya (breve, debe admitirse) esas imágenes que desfilaban por la fantasía de la Presidente (huidas, incendios, desolación, amenaza enemiga) pueden, quizás, ser recuerdos del futuro, alucinaciones provocadas por las dificultades, las deserciones, los desafíos, los previsibles reveses?El año 2009, que promete al oficialismo algunas derrotas importantes y que ya se visualiza como el año de eclosión de la crisis económica y política, será un tiempo que viviremos en peligro.De cualquier modo, ¡que tengamos el mejor 2009 posible!
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Strassera acusó a los K de usar los juicios por DDHH


(Publicado en Crítica Digital)
En 2006 Strassera defendió en el juicio político por el que fue removido a Aníbal Ibarra de su cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a causa del incendio sucedido en Cromanón.
El ex fiscal del juicio a las juntas militares Julio César Straserra consideró este martes que el Gobierno quiere prolongar los juicios por delitos de lesa humanidad para utilizarlos como bandera y coincidió con la acordada de la Corte Suprema que dispuso una serie de medidas para agilizar los procesos.

"Estas causas son muy complicadas. Pero el Poder Ejecutivo no las quiere tratar porque le conviene prolongarlas ya que las quieren usar como bandera de los derechos humanos, de la que se ha adueñado", dijo Strassera a la agencia de noticias DyN y advirtió que "si las elecciones de 1983 las hubiera ganado este oficialismo, no hubiera habido ningún juicio contra los militares".Consultado por la acordada de la Corte Suprema de Justicia que pidió agilizar los juicios de derechos humanos, con esfuerzos de los tres poderes, Strassera deslizó la necesidad de una reforma al Código Procesal y reclamó al Consejo de la Magistratura que abra juzgados.Dijo estar "totalmente de acuerdo" con el criterio planteado por la Corte, al igual que el abogado constitucionalista Félix Loñ, que celebró el texto de los magistrados del máximo tribunal y señaló que "hay que mejorar normas tendientes a este tipo de pleitos".Por su parte, Strassera interpretó la acordada de la Corte y la tradujo públicamente: "prácticamente le esta diciendo al Congreso que reformen las leyes", aseguró y agregó que los jueces hacen lo posible pero subrayó que "el Código de Procedimiento no sirve"."Nosotros hicimos un juicio monstruoso en un año porque teníamos un procedimiento especial que preveía un juicio sumario. Estas son causas complejas porque todo fue hecho en forma clandestina, han desaparecido testigos, hay imputados en varios hechos", opinó el abogado que en 2006 defendió en el juicio político por el que fue removido a Aníbal Ibarra de su cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a causa del incendio sucedido en Cromanón.El ex fiscal se refirió también al proyecto de ley que los ex jueces del juicio a las juntas, Ricardo Gil Laavedra y Andrés D'Alessio, presentaron en el Senado para agilizar los juicios por delitos de lesa humanidad a través de un proceso especial y criticó que no haya sido tratado por el kirchnerismo."Ese proyecto no mereció la atención del oficialismo que está muy empecinado en mirar sus propias iniciativas", coincidió el abogado constitucionalista Félix Loñ.
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