domingo, 28 de octubre de 2012

China lidera la inversión extranjera directa. Por Jorge Castro


China atrajo más inversión extranjera directa (IED) de las empresas trasnacionales que EE.UU. en los primeros seis meses del año, y lo mismo sucedió con el mundo emergente respecto al avanzado.
Es la primera vez que esto ocurre en la historia del capitalismo.
La República Popular recibió IED por U$S 59.100 millones entre enero y julio de este año, y EE.UU. U$S 57.400 millones en igual período. Asia, América latina y Europa emergente obtendrían este año una cifra mayor de IED que el mundo avanzado.

Este hecho revela un punto de inflexión histórico en el proceso de acumulación capitalista . Muestra que la tendencia de fondo de la época, que es el traspaso del centro de gravedad del sistema desde el mundo avanzado al emergente , se ha acelerado y ha adquirido un carácter cualitativo.
La IED es la mitad, aproximadamente, del flujo global de capitales, que en 2011 ascendió a U$S 1,5 billones, y treparía este año a U$S 1,6 billones, con una proyección de U$S 1,8 billones en 2013 y U$S 1,9 billones en 2014 (UNCTAD, 2012). También se precipita el vuelco de la IED al mundo emergente. Asia (Este y Sudeste), tras recibir U$S 336.000 millones en 2011 (22% del total mundial, que era 12% en 2007), aumentaría este año a U$S 342.000 millones. La inversión directa es el principal medio de acción de las empresas trasnacionales (ETN’s), que son los actores fundamentales del proceso de globalización . El sistema integrado de compañías globales está compuesto por 88.000 firmas y sus 600.000 asociadas o afiliadas en el mundo entero.
En este sistema ha surgido 90% de las patentes de alta tecnología, su productividad es tres veces superior al promedio internacional y 2/3 del comercio mundial nace del intercambio intrafirmas de las cadenas de producción y comercialización que lo constituyen.
La red de compañías globales ocupa 3 millones de trabajadores y sus asociadas o afiliadas, 69 millones. Las filiales generaron el año pasado ventas por U$S 29 billones (el doble de las exportaciones mundiales) y disponen de un cash flow (fondos líquidos) de U$S 1,7 billones, surgido de las ganancias récord de los últimos diez años. Salvo en los cuatro años posteriores a 2008, no han traducido este nivel de liquidez en una tasa equiparable de inversión.
El sistema integrado trasnacional de producción es el núcleo estructural de la globalización. Como tal, es la línea directriz de la acumulación capitalista en el siglo XXI . Es el hilo rojo que subordina y tiñe al resto.
El vuelco de la IED al mundo emergente muestra que el sistema integrado de compañías trasnacionales ha trasladado allí su centro de gravedad; y esto ha ocurrido mientras más de 25% de las empresas globales tienen su base y origen en los países emergentes. El flujo global de capitales se canaliza a través del sistema financiero internacional. Significa que el capital productivo (IED) integra el capital financiero y es su flujo fundamental.
No existe entre ellos antagonismo, sino un principio de división internacional del trabajo , que hace que las empresas globales no sólo hayan dejado de autofinanciarse, sino que ahora lo hagan exclusivamente a través del sistema financiero internacional. De ahí que éste último crezca en una proporción de 3 a 1 respecto al productivo.
China/Hong Kong es una categoría aparte en materia de IED.
En 2011, recibió 54% de la inversión directa orientada a los países emergentes.
Pero América latina es la región del mundo emergente en la que la IED crece más rápidamente , y se duplica entre 2009 y 2013 (pasa de U$S 137.000 millones a U$S 300.000 millones). Brasil obtiene 46% de ese total y China es allí el principal inversor extranjero directo. La tendencia es nítida y sus actores también. Esto es lo más parecido que se puede hacer en el capitalismo para realizar la tarea usualmente infructuosa de adivinar el futuro.

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