domingo, 11 de enero de 2009

Entre la lipotimia y la hipertensión. Por Jorge Raventos


Un cuadro de lipotimia y anemia obligó a la señora de Kirchner a posponer su viaje a Cuba. El contratiempo fue, en cualquier caso, políticamente oportuno: al momento de su indisposición, el viernes 9 de enero, la dama aún no había recibido de su canciller, Jorge Taiana, ninguna noticia positiva (o, al menos, prometedora) sobre los trapicheos diplomáticos con el régimen de La Habana destinados a que durante la visita pudiera anunciarse algo en relación con la suerte de la doctora Hilda Molina y de su madre, dos ciudadanas cubanas que reclaman el derecho de viajar a Buenos Aires para reunirse con su familia argentina.
Las autoridades cubanas han sostenido con intransigencia que la doctora Molina no puede abandonar la isla. La Casa Rosada apostó a que el giro "realista" que Raúl Castro procura imprimirle al gobierno cubano desde que reemplaza a su hermano Fidel ablandaría aquella postura e hizo saber a la cancillería cubana que la señora de Kirchner no estaba en condiciones de ignorar el tema y aspiraba a presentarse ante la prensa con alguna buena nueva. Pese a esa sostenida presión de Buenos Aires –destinada principalmente a cuidar la imagen presidencial-, el viernes 9, en vísperas de la partida de la muy amplia delegación argentina, los cubanos no habían comprometido nada sobre el asunto. Buen motivo para una lipotimia, uno de cuyos factores determinantes es el estrés.
No sólo la aparente indiferencia cubana puede alterar la tensión del gobierno. El mismo viernes 9 se hacía pública la decisión de la asamblea ambientalista de Gualeguaychú de endurecer y aun extender el bloqueo de los pasos a Uruguay. "No están ni la provincia de Entre Ríos ni la ciudad de Gualeguaychú solas en esta lucha –había afirmado Néstor Kirchner, orador ante esa asamblea, en mayo del año 2006-. La República Argentina en su rica pluralidad y diversidad está con ustedes". Ahora el mensaje del oficialismo sobre ese asunto ha cambiado notablemente. El gobierno nacional ha instruido al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, para que despliegue un discurso duro: "Los cortes se deben terminar de una vez y para siempre". El jefe de gabinete nacional, Sergio Massa, frasea la misma melodía y, por si quedaran dudas, Néstor Kirchner lanzó a Luis D'Elía, su Ciriaco Cuitiño, a advertirles a los asambleístas que su protesta "ya agotó a toda la sociedad". ¿Qué es lo que lleva hoy a los cruzados oficialistas a objetar medidas que en su momento consideraron "una causa nacional" y a presionar a los mismos ambientalistas que hasta hace poco halagaban? Para entenderlo, conviene recordar que Néstor Kirchner vio frustrada su candidatura a la presidencia de UNASUR (el agrupamiento de estados suramericanos) por el veto que le impuso la República Oriental del Uruguay, principalmente en virtud de la conducta del gobierno argentino en relación con los bloqueos a los puentes binacionales. Empeñado en hacerse de aquel cargo honorífico, Kirchner quiere resolver el tema de los bloqueos antes de la próxima reunión de UNASUR, en abril, con la expectativa de que –allanado ese problema- el gobierno de Montevideo levantará el veto. Es cierto que Dios escribe derecho en renglones torcidos, pero resultaría más que irónico que las relaciones entre dos países tan íntimamente vinculados como Argentina y Uruguay terminaran resolviendo un diferendo de esta naturaleza por una caprichosa motivación personal.
En todo caso, habrá que ver si su tardío cambio de casaca le alcanza a Kirchner para salvarse del veto. Por un lado tendrá que vencer la resistencia de los asambleístas, que parece haber reverdecido precisamente al tomarse nota de su interesado salto ornamental. Por ora parte, el gobierno de Tabaré Vásquez ha hecho saber que espera más que el levantamiento de los bloqueos: quiere garantías plenas sobre la libertad de tránsito en las fronteras y aspira además a que la Casa Rosada levante las trabas que impiden el dragado de un canal del Río de la Plata –el canal Martín García-, indispensable para facilitar la navegación de carga.
El gobierno K inició el año 2009 agobiado por la convicción de que ha comenzado un ciclo de malas noticias. Ni mencionar las que surgen de la política, que revelan la incontenible fuga de aliados y la convicción generalizada de que se ha iniciado ya el "poskirchnerismo" (sea esto lo que sea). Aunque se les preste menos atención, los síntomas ominosos llegan desde todos los campos.
En principio, antes de sufrir la lipotimia, la señora de Kirchner había ordenado al presidente del Banco Central que postergara su informe monetario al Congreso (la Carta Orgánica de la institución obliga a rendirlo antes del fin de cada año). El gobierno trató de evitar que se debatiera en las cámaras lo que ya se debate ampliamente en los medios económicos: tanto la fuga de capitales (se estima que en 2008 salieron del país en volúmenes mayores a los de la crisis del 2001/2002: 20.000 millones de dólares) como la veracidad de las cifras oficiales sobre reservas. Algunos distinguidos especialistas, como los doctores Agustín Monteverde y Roberto Cachanosky, sostienen que el BCRA infla marcadamente esos números no contabilizando ventas a futuro y registrando como reservas internacionales préstamos del Banco de Basilea. "Las reservas netas deducidas esas obligacione (pero incluyendo aún los fondos recibidos del BIS y las ventas a futuro) son entonces 22549 millones de dólares (45906 – 23357), lo que ya resulta inferior a la mitad de las reservas informadas por el BCRA", sostiene Monteverde, por ejemplo.
En el terreno de la producción, el paisaje no pinta menos penumbroso.Las cifras más dramáticas llegaron desde un sector que fue pilar de la reactivación de los últimos años: la industria automotriz. Aunque merced a los números del primer semestre el balance del 2008 no resultó negativo, el mes de diciembre refleja con brutalidad la nueva tendencia: ese mes la producción sufrió una caída de 47,3 por ciento, en relación a diciembre de 2007 y de 37,5 por ciento en relación con noviembre de 2008. Por su parte, las ventas de automóviles al exterior cayeron en diciembre un 41,7 por ciento con relación a noviembre y bajaron un 40,4 por ciento frente al último mes de 2007. Los pronósticos de las fábricas son pesimistas. Honda decidió postergar su anunciada instalación en Campana. Otras grandes fábricas informaron al sindicato de mecánicos que dejarán de producir los días viernes e incrementarán los licenciamientos de operarios. Licenciamientos, suspensiones y despidos no son exclusivos de la industria automotriz. La CGT registra más de 2 mil despidos en la industria automotriz y más de 3.800 cesantías y 4.500 suspensiones en diferentes rubros del sector metalúrgico. También, los bancarios han denunciado que las entidades Financieras privadas despidieron en forma "encubierta" a más de 1.500 empleados entre septiembre y noviembre últimos. Esas cifras son parciales u optimistas, según se las mire. La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) estima en al menos 47.418 el número de trabajadores afectados por despidos, suspensiones, adelanto de vacaciones, inestabilidad laboral y recortes de jornada. El mes de diciembre registró –según datos oficiales (poco difundidos, es cierto) - 6.517 despidos y 39.270 suspensiones, un incremento interanual de 1.800 por ciento en materia de cesantías y de 1.200 por ciento en cuanto a suspensiones, consecuencias –antes que de la crisis financiera internacional- de desatinos internos generadores de desconfianza, como la inconclusa lucha del gobierno con el campo y la confiscación de los fondos jubilatorios de capitalización. Los despidos afectan principalmente a actividades de construcción, cuero, madera, frigoríficos, pesca, textil, metalurgia y comercio.
Ese paisaje sombrío se oscurece más con la previsión de Siderar, la gran empresa siderúrgica de Techint con sede en San Nicolás, de cesantear a 2400 operarios en las próximas semanas. Los trabajadores pertenecen a los gremios de metalúrgicos y construcción y su actividad estaba pensada para los trabajos de reforma de un alto horno de fundición de la planta, una inversión que ahora será suspendida. Muy cerca de allí, en Villa Constitución, la empresa Paraná Metal, que se declaró en convocatoria y suspendió sin goce de sueldo a 1200 trabajadores, sigue ocupada por los operarios.
Luego está el tema del campo. Si el gobierno no cambia de actitud frente a los productores, desde fines del mes de febrero verá reavivarse las movilizaciones que agitaron al país en 2007. En rigor, si los vaticinios dependieran del clima que se vive ya mismo en las asambleas agropecuarias del país, habría que adelantar el pronóstico y asegurar que el conflicto estallará mucho antes. Si eso no ocurre es porque las conducciones de las entidades están tratando de tranquilizar los espíritus y, en algunos casos (como en Entre Ríos), están procurando que la protesta no perjudique al turismo y los servicios en esta época más o menos propicia del año. En La Pampa,los productores ya se hicieron ver y oir el sábado 3: protestaron de a caballo al paso de la primera etapa del rally Dakar 2009, que concluía en Santa Rosa. La atmósfera de las semanas y meses próximos acaso sea menos pintoresca, y la protesta se torne menos festiva.
Conviene tomar en cuenta estos hechos, porque el 2009 político - electoral seguramente estará determinado por los acontecimientos de un 2009 económico y social, que producirá lipotimias o hipertensiones.

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