sábado, 16 de mayo de 2009

LAS TROPAS KIRCHNERISTAS INGRESARON AL DESFILADERO. Por Claudio Chaves


Ya no hay retorno ni huida. La retaguardia fue clausurada. Los laterales marchan apelotonados por el estrecho corredor. Se percibe cierta confusión en su desplazamiento. Así avanzan las fuerzas kirchneristas. Les hubiera gustado hacerlo por ideas pero estas se acabaron y caja no hay.
¡Ya no hay engorde! advierten los más avisados.
Silenciosos y noctámbulos alcanzan el Campo de Marte.
El maltrecho ejército kirchnerista deambula por las estrechas callejuelas del conurbano buscando la mejor locación para la batalla final. ¿La encontrarán?

DOS FRENTES PARA UNA SOLA BATALLA

En las provincias más populosas del interior del país y la Capital, todo indica que el Gobierno pierde. Esto es, resigna la mayoría en Diputados y eventualmente Senadores.
El otro frente, Buenos Aires, mantiene por estos días final abierto. De todos modos tan grande va a ser la merma de votos que el posible triunfo bonaerense no compensará la licuación de Diputados. Este es el resultado que interesa. ¡Se acabaron las mayorías automáticas! Así las cosas poco importa que Kirchner triunfe por algunos puntitos. Como el gobierno presenta esta elección legislativa como un plebiscito requieren del triunfo de su Jefe -ideólogo del modelo- a los efectos de retener lo poco que le queda y afirmar que sigue vigente.
Sin embargo no todo está dicho, el conurbano puede traer sorpresas y revelar que el aislamiento gubernamental de la sociedad es aun mayor. Veremos.

LA CAMPAÑA ELECTORAL

Hasta ahora la iniciativa estuvo del lado del gobierno: Aerolíneas Argentinas, AFJP, adelantamiento de las elecciones, discurso plebiscitario, candidaturas testimoniales, nosotros y el enemigo, fractura, enfrentamiento, pelea, destrato. En síntesis marca la cancha. Un viejo principio militar afirma que el jefe que determina el territorio del combate tiene el 50% de la batalla ganada. Habrá que ver de ahora en adelante el accionar de la oposición. Como y cuando toma la iniciativa.
Lo cierto es que no tiene sentido hacerse cargo del discurso y los disparates del oficialismo. No hay que contestar estupideces. ¡Al diablo con las candidaturas testimoniales y el domicilio del tartufo! Ese no es el punto. Ni siquiera la discusión del modelo, a que nos invitan. No hay que caer en la trampa. En elecciones legislativas no se debate el modelo. Como el acto eleccionario lo plantean en términos de plebiscito hacia allá empujan la discusión. No hagamos caso.
Los temas centrales de debate son los que atañen a las provincias. “Pequeñeces e insignificancias” como: coparticipación, seguridad, drogas, educación, salud, entre otros. En las presidenciales discutimos “los grandes temas” el modelo, por ejemplo. Claro, en dos años. Si Dios quiere.
Hay algunos indicios en los últimos días que revelan un giro del gobierno hacia temas planteados por la oposición. Esto es hacia iniciativas del “enemigo”. Han abordado el tema seguridad. ¡Mal, naturalmente! Pero es algo. Se muestran sensibles, calmos, humanos. ¡Si hasta visita Jardines Maternales! ¡Kindergarten!
Es patética la bonhomía y la serenidad de Néstor. En el lanzamiento en el Teatro Argentino de La Plata ficcionó un personaje increíble. Es decir poco creíble. Bueno…nada creíble. Nestor tiene la simpatía y la ternura de una araña pollito. ¿Qué nos quiere hacer creer? Hablaba en voz queda, como secreteando. Descendiendo hasta lo impensable los tonos de voz. Los contertulios allí presentes parecían disfrutar de una experiencia sobrenatural. Íntima. Singular. Una velada en los Sauces, a orillas del Lago Argentino. Y el misterio de un relato infantil en la inmensidad de aquellas tierras irredentas. Un pésimo montaje para conquistar el segundo y tercer cordón del conurbano.
Sin embargo en algo fue el de siempre. Jamás miró al público a los ojos. Jamás giro la cabeza como envolviendo con la mirada a los allí presentes. Rígido y de memoria vomitó un guión que parecía redactado por Nené Cascallar.
Lo bueno es que comienza a situarse en territorio poco conocido para él. Sale de la aridez comarcana de los arácnidos a los perfumes y colores de los jardines floridos.
Se nota un retroceso, también, en sus temerarias admoniciones sobre la catástrofe electoral en caso de derrota. Atempera aquellos dichos.


GOBERNABILIDAD. CRISIS INTITUCIONAL

Que el gobierno va tener que mudar su forma de gestionar el poder en caso de derrota no indica crisis institucional. Nadie en la oposición victoriosa buscará la caída. Será decisión de la Señora continuar ocupando el cargo en caso de perder la mayoría en las Cámaras. Ahora, si llegaran a apartarse tendrán que explicar muy bien su decisión puesto que el pleno ejercicio de la democracia, como son las elecciones, no habilita la huida ni el exilio. De manera que no va a ocurrir.
Sí, podrían aducir -puesto que están mesianicamente convencidos que lideran un proceso revolucionario a favor de los humildes, los desposeídos, los condenados de la tierra- que no han sido comprendidos y en consecuencia marcharse por esta razón.
Como vanguardistas que fueron pueden procesar en esos términos su derrota. Sin embargo hay tantos intereses económicos y políticos en juego que es dudosa la estampida.
Néstor que al comienzo se cobijó en Duhalde, más tarde en la transversalidad, luego en el peronismo y ahora en los intendentes del conurbano con seguridad terminará escondiéndose tras las faldas de su mujer y en el Parlamento. El miedo no es sonzo.
Que habrá problemas de gobernabilidad, seguro. Pero llegado el caso lo que se puede adelantar es el ingreso de los nuevos legisladores a las Cámaras y blindar al Ejecutivo, cualquiera fuera este.
Mientras esto transcurre los partidos políticos deberán fortalecerse mediante la democracia interna y la elección de sus autoridades.
La crisis económica que se avecina podrá ser sobrellevada si hay esperanzas en el sistema político. Si no tendremos nuevamente la crisis en las calles.

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