domingo, 30 de mayo de 2010

Kirchnerismo e Izquierda Nacional. Por Claudio Chaves


En la Nación del 29 de mayo de 2010 el sobresaliente periodista Jorge Fernández Díaz, Secretario de redacción del diario, arrima una hipótesis sobre la influencia de la izquierda nacional en el actual gobierno argentino. Fundamenta su idea en una conversación que mantuvo con un ministro al que no identifica:
“Laz primera vez que tomé un café con un ministro de la mesa chica de los Kirchner ese funcionario que había estado toda la vida junto al entonces presidente de la Nación y que hoy sigue junto a él con tanta fe como el primer día. Nestor nunca fue monto ni filomonto, ni muy amante del peronismo – me dijo buscando desesperadamente una definición ideológica del jefe. Nestor era, era, a ver…Yo tuve un relámpago de clarividencia, entre tanto balbuceo y lo ayudé: La izquierda nacional –dije- El querido y brillante Jorge Abelardo Ramos. El ministro chasqueó los dedos como si yo hubiera encontrado una perla. ¡Exactamente eso! –me confirmó- La izquierda nacional”


Luego Fernández Díaz pasa revista a los principios políticos de esta corriente que decidió acompañar al peronismo “como una lancha sigue de cerca un portaaviones, en un apoyo crítico” y que “junto con él había que formar un frente antiiperialista”
Más abajo cita a Ernesto Laclau y sus valiosos aportes intelectuales que desde su pedestal de pensador de reconocimiento mundial ha contribuido -merced a la valoración de los populismos en los cuales incluye a Chavez, a Kirchner, a Evo Morales, Castro- a sostener y construir un relato que justifiquen estos gobiernos.
¡Cómo se reiría Ramos de la defensa europea de estos gobiernos realizadas por un catedrático de University of Essex que alguna vez se fue de la Argentina y de la izquierda nacional! Mala fariña.
Risas aparte, Fernández Díaz cree ver en el kirchnerismo a la izquierda nacional porque el “ministro de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, que fue un fervoroso acólito de Ramos hoy explica bien lo que carta abierta explica mal”
Hasta acá a grandes trazos lo que interesa resaltar del artículo a los efectos de verter mi opinión y meterme, de comedido no más, en este debate que por otro lado ya comencé con un artículo que circula por Internet acerca del Secretario de Cultura y el retro-progresismo.

LOS AMIGOS DEL GOBIERNO

Que distintos militantes de la izquierda nacional hoy acompañan al gobierno de los kirchner no hay dudas, la afirmación de Fernández Díaz es correcta, sin embargo al gobierno lo rodean también ex militantes del Partido Comunista (Filmus, Heller, Sabatella) ex miembros de la UCD como el ministro de Economía o el que fuera Jefe de Gabinete, Sergio Massa, peronistas de vieja data, dirigentes sindicales, radicales, socialistas y fundamentalmente ex montoneros. También ejercen cierta influencia artistas populares del vasto espectro del progresismo como Teresa Parodi, León Gieco, Víctor Heredia o intelectuales como Carta Abierta, Feinnmann, Pigna y Osvaldo Bayer. Industriales, nuevos ricos sospechados por la velocidad de sus fortunas, estrellas de la televisión, deportistas y modelos. Como se ve el espectro es vasto y heterogéneo. Dicho esto el asunto sería identificar cual de estas voces son las que más influyen en la orientación general del kirchnerismo. No es el objetivo de este artículo.
Solo procuro analizar si el viejo pensamiento de la izquierda nacional es el que ilumina el derrotero del gobierno nacional.

FUNDAMENTOS DE LA IZQUIERDA NACIONAL

En principio son ciertos los argumentos de Fernández Díaz acerca del acompañamiento crítico desde la izquierda que esta corriente realizó con el gobierno de Perón. Sin embargo los planteos de Ramos excedían la defensa de ese Gobierno puesto que alcanzaba fundamentalmente al rol de la Fuerzas Armadas y de la clase obrera en la historia argentina. Su trabajo sobre la Historia del Ejército es revelador de la importancia que el Colorado le atribuía a esta institución en la formación del país. Desde las invasiones inglesas, pasando por las guerras de la independencia, la organización nacional, Roca y la Campaña al Desierto hasta el General del pueblo, la visión de Ramos sobre las Fuerzas Armadas siempre fue de una altísima valoración.
Otra institución permanente a la que Ramos valoraba era la Iglesia. En su Historia de la Nación Latinoamericana le dedica varias páginas bellísimas a las Misiones Jesuíticas, a la acción de la Iglesia en la Conquista y la Colonización como así mismo en la guerra de la Independencia.
Methol Ferré cuenta que al preguntarle sobre sus lecturas teológicas y que le parecía “me dijo un poco sorprendido y hasta perplejo, no se lo que yo leí es poesía. Bueno, le respondí así es toda la teología. Ante esto, quedó meditando y exclamó. Entonces la Iglesia es invencible”[1]
Sobre el final de sus días compartió amenas y entrañables charlas en el Palacio Arzobispal con Monseñor Quarracino a quien consideraba su amigo y de quien risueño afirmaba que “se parecía a un peronista rosarino”.
Otro aspecto fundamental que lo alejaría de este gobierno en caso de que sus días continuaran fue su postura sobre los grupos armados a los cuales nominaba como terroristas.
Para entender claramente donde estaba situado Ramos en aquellos años de locura y muerte se hace imprescindible leer los últimos capítulos de la Era del Peronismo. En ellos abunda en explicaciones y execraciones sobre la experiencia guerrillera.
Al abordar sus inicios afirmaba:
“la revolución cubana y su postulación de una acción guerrillera como fórmula para una victoria mágica, que omitía la acción de las masas en la resolución de su destino, puso de moda a la revolución elitista.
Lo que singulariza al terrorismo es su desconfianza y antipatía por las demostraciónes de masas. Si hay terror, las masas no aparecen; por el contrario, si hay actividad popular importante los terroristas se retraen.
La moral revolucionaria fundada en la abnegación individual y en el papel absoluto que la integridad personal desempeña en la revolución es de modo característico una ideología mística. El terrorismo viene a resultar nítidamente un ideal aristocrático llevado a su fase heroica” [2]

Con estas definiciones claras y precisas abordó cada uno de los crímenes perpetrados por las organizaciones armadas. Del de Vandor además de ponderar la acción gremial del destacado dirigente y condenar a los responsables, aseveró:
“Sus asesinos se integraron más tarde a la organización terrorista Montoneros que según algunos disidentes (1979) disponía de 60 millones de dólares para derrochar en la acogedora Europa de 1976 y la viuda de Vandor trabajando como enfermera en el Policlínico de la UOM.
Concluyendo:
“La viuda enfermera y el terrorista millonario constituyen una síntesis ejemplar”
Del asesinato de Aramburu afirmó:
“Comenzaba con este crimen un período que se prolongaría a lo largo de una década. La acción terrorista (grotescamente llamada guerra, guerrilla o lucha armada) Haría correr ríos de sangre en la Argentina. El pueblo pagaría con miseria y dolor sus efectos.
Cuando la organización armada Montoneros publicó en la revista Causa Peronista como había sido el “juzgamiento” del General Aramburu, Ramos escribió:
“El 3 de setiembre una publicación soez dirigida por Rodolfo Galimberti, órgano oficioso del grupo Montoneros publicaba un relato escalofriante del asesinato del general Aramburu. El relato propio de sicópatas…”
En fin, revolución elitista, movimiento místico, ideal aristocrático, terroristas, sicópatas, definiciones terminantes que le impedirían al Colorado permanecer tan siquiera un minuto al lado de este gobierno. ¡Ramos era, fundamentalmente, un patriota!
De manera que a la vista de los argumentos de Ramos sería muy bueno que el gobierno de Cristina cayera bajo la influencia de la izquierda nacional, al menos se respetaría y valorizarían a las Fuerzas Armadas, la Iglesia no atravesaría la soledad agresiva a la que la somete el gobierno y la guerrilla criminal ya no serían los jóvenes idealistas. ¡Del matrimonio gay ni hablar!
Coscia debería hacerse escuchar más en este Gobierno o de lo contrario abandonar esta ciénaga putrefacta.

LOS ULTIMOS AÑOS DE RAMOS. ME VOY CON MENEM PARA QUE PUEDAN GOBERNAR LOS CRIOLLOS

Más allá de la controversia sobre los orígenes de la izquierda nacional lo cierto fue que el Partido instituido por Ramos se creo en 1962. Luego de atravesar las vicisitudes propias de la vida política y de los consecuentes cambios de nombres que sufrió, la izquierda nacional se acabó cuando Abelardo decidió ingresar al Partido Justicialista bajo la conducción del ex Presidente Menem.
Antes que eso ocurriera algo había cambiado en él. Algo observaba en el horizonte de la política mundial que lo sobresaltaba y no encajaba en su formación. Su eterno amigo Methol Ferré lo cuenta de esta manera:
“Recuerdo que en 1988, en plena perestroika y glasnot de Gorbachov, caminando por Corrientes hacia Callao, me mostró una librería apta para la izquierda sofisticada que había puesto indirectamente el Partido Comunista. Nos acercamos a sus vidrieras, y vimos allí un libro de Trotsky. Ramos me comentó con sonrisa entre triste y maliciosa ¡lo que es la vida! cuando ellos están por llegar a Trotsky, uno ya se fue”[3]
Luego se unió a Menem, fue su embajador en México y al ingresar al Partido Justicialista en un informe interno avisó:
“Durante medio siglo cabalgamos al costado del peronismo, en las buenas y en las malas, mas bien en las malas. Enseñamos a media Argentina que era el peronismo. La tesis era la siguiente: en algún momento la clase obrera reclamaría más poder en el frente de clases cuya ala socialista externa éramos nosotros, los iluminados.”
En el fragote que naturalmente ocurriría en ese frente los sectores burgueses serían desplazados y “esa sería nuestra hora. Pero las cosas no ocurrieron así”
Avanza en otras explicaciones y luego explicó porque había que entrar al peronismo de Menem:
“El peronismo hoy nos necesita. Se encuentra despedazado. Ha perdido un millón de votos. Aventureros como Rico o pelafustanes como el Chacho Alvarez le han arrancado a dentelladas pedazos de su gran caudal electoral. Desde otro ángulo, todo el aparato electoral del justicialismo es hostil al Presidente Menem, pero de todo el peronismo, Menem es el único sobreviviente del Titanic que vale la pena sostener.”
Hasta acá Ramos y la historia de la Izquierda Nacional.

LAS IDEAS QUE PREVALECEN EN EL KIRCHNERISMO

Lo que pareciera predominar en el actual gobierno nacional no son las ideas de Abelardo Ramos, más bien se asimilan a lo que él siempre criticó, el progresismo portuario y el viejo comunismo pasteurizado. Sería deshonroso para esta corriente de pensamiento ser la cobertura ideológica de un enorme desfalco nacional.
Respecto de los que Fernández Díaz dice acerca de la visión revolucionaria de este gobierno y del temor a una restauración conservadora y que en estos términos no habrá alternancia pacífica, no lo creo posible. Con un grupo minúsculo de la pequeño burguesía politizada en estos términos no hay resistencia posible a la revolución democrática de los votos.
El ejército actual es una institución que aún vela por la patria.


[1] Ferré Methol: Prólogo a la Nación Inconclusa de Abelardo Ramos.
[2] Ramos, Jorge A: La Era del Peronismo
[3] Ferré Methol: Prólogo al último libro de Ramos “La Nación Inconclusa” Pág. 18

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